Texto y fotos: Juan Jesús García
Guateque en El Padul
Cualquier tiempo pasado nos se sabe si fue mejor, pero sí que se canta mejor. Al menos eso debieron pensar en El Padul y alrededores las casi 3000 personas que pagaron para llenar la nave de la caseta municipal con el sano deseo de pasárselo bien, oyendo, -en la mayoría de los casos- las canciones de su adolescencia y juventud. Y se lo pasaron en grande. Incluso algunos de acudieron disfrazados con modelitos tipo 'ballet Zoom' muy propios de la televisión más moderna que Valerio Lazarov hacía en los primeros setenta, y que, en color, son sumamente más horteras que los que entonces sólo se veían en blanco y negro en, pongamos por caso 'Galas del sábado'.
Poco tuvieron que añadir una Jeanette, Tony Ronald, Lorenzo Santamaría y Miki, a las ganas de disfrutar de los espectadores, un público entusiasta en grado sumo que ya quisiera tener delante cualquier artista. Y aunque ellos hacen correctamente lo suyo, no parece que quieran arriesgar mucho (dinero, sobre todo) en el proyecto 'Mágicos 70' dado que ni siquiera llevan un grupo de acompañamiento y el playback musical queda un tanto cutre y difícil de defender a día de hoy: tan sólo la guitarra de Tony Ronald sonaba por línea. Eso sí, tanto ellos como sus técnicos llevan siglos haciendo eso y saben cuando parar o no el CD para que el público cante, coree o le robe el protagonismo al cantante de turno con su coreografías y 'trenecitos'.
El espectáculo (más bien sólo 'atracción') lo abren y cierran los cuatro a la vez, primero con un 'medley' de temas de época en español y lo cierran a partir de un 'Proud Mary' y varios rocanroles dignos de un tributo a Chuck Berry. Luego van saliendo cada uno a hacer los suyo. Primero un balear Santamaría, un cantante que compartió micro con Eric Burdon y juergas en directo con Jimi Hendrix en Mallorca y ahora, clónico de Bruce Springsteen, apura los tres o cuatro éxitos que tuvo como baladista, sobre todo con aquel 'Para que no me olvides'. La inglesita Jeannette fue musa de todos, desde Carlos Saura a Cecilia Ann, y representó el pop como el Mini o una Audrey Hepburn de andar por casa; resulta sorprendente comprobar el calado de canciones interpretadas por ella suyas como 'Soy rebelde' o 'Porque te vas' e incluso una canción tan luctuosa como 'Cállate niña' las canta publico al que le faltaban diez años para nacer cuando sonaban en la radio. Miki sigue siendo el showman y el simpático bufón de siempre, mantiene la 'goma' elástica y se sacó de la manga para empezar un 'Tonyx mix' de manual para que los actuales grupos de pop supiesen el precio de los peines, aunque todo el mundo quería cantar las penas del 'Chico de la armónica'. Y por último Tony Ronald, que fue de todos el que se llevó el gato al agua con sus canciones del verano (tres seguidos estuvo en el número uno), pero sobre todo aquel inmortal 'Help' paradigma absoluto del estilo y banda sonora oficial de la educación sentimental de una generación porque... en el verano era cuando pasaba todo.
El problema de llevar la música de bote, es que no puedes salirte del programa y hacer bises ni improvisaciones. Pero al cabo de dos horas de mágicos setenta (pero mágicos: sonaba la música y no había músicos), si medimos los aplausos en decibelios, les pidieron casi lo mismo que a Alejandro Sanz el otro día. Se imaginan dentro de treinta años unos 'Míticos dosmil' ¿con Los Planetas, Lori Meyers y Lagartija Nick quizás?
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