Rebekka Bakken enamoró al público de Jazz en la Costa
La cantante noruega Rebekka Bakken actuó por primera vez en Andalucía la noche del miércoles en el programa de la XX edición del festival Jazz en la Costa que viene celebrándose desde el pasado día 13 en la localidad granadina de Almuñécar. Jazz en la Costa está organizado por el Área de Cultura de la Diputación de Granada y el Ayuntamiento sexitano.
De blanco entero y con unas sorprendentes botas de montar para las fechas en que estamos, esta licenciada en filosofía de vida viajera (Noruega, Estados Unidos, Austria...) relucía en el escenario tanto como brillaba su voz. Suavísima en maneras, coqueta, con mucha picardía en las conversaciones con el público y unas canciones para todas las edades sin reparos, resultó imposible no quedar embrujado por una voz que roza la perfección. Su actuación en Jazz en la Costa al frente de su trío fue un remanso de paz cantada entre los huracanes de jazz puro y de vanguardia que ofrece la programación en esta edición aniversario.
La cantante de Oslo posee una dicción impecable y una tesitura vocal de cine, ciertamente más relacionada con la perfección cinematográfica que con la tradición negra. Sin embargo, y como lo demostró en Almuñécar, aún optando actualmente por un pop refinado, convencionalmente edulcorado y comparable con el damas del pop mundial como Celine Dion, sabe como rasgar su voz para hacer un talking blues ('Hard to be a loser') o perder el divino brillo comercial para interpretar con los tacones más pegados a la tierra las cosas de los hombres y las mujeres, con sentido del humor y doble sentido, recordando en ocasiones tanto a Ricky Lee Jones como Melanie Safka.
Entre la música ligeramente negra y la rubia osciló su actuación en Jazz en al Costa, con varias interpretaciones intermedias, que lejanas a estos estilos descubrieron una faceta muy interesante y atractiva, como cuando en su introducción y luego en una emocionante pieza denominada 'So rotil meg selv' acudió a los cantos populares nórdicos, apuntando a la 'new age' sobre alfombras de teclados electrónicos y brumosos horizontes de voces perdiéndose en el eco del mar.
Con canciones muy juguetonas como 'Anny Pretty girl', o 'You bring new star' y 'You're cryng' (todas incluidas en su tercer disco 'I keep my cool'), tiempos lentos casi todos con precisas y cariñosas interpretaciones discurrió su actuación. El ligero acompañamiento de un piano solista la ayudó sin dejar espacio apenas para ninguna improvisación, que quedaron restringidas al bajista en un par de ocasiones y poco más que a otras dos intervenciones del teclista cuando utilizaba la trompeta con sordina. Redondeó su concierto con una interpretación del 'Time after time' de la díscola Cindy Lauper en clave de pop, aunque precisamente esa composición haya sido una pieza tocada por la mano y la trompeta de Miles Davis en persona.
En el parque de El Majuelo, Rebekka Brakken se ganó un buen montón de amigos a los que su dulzura y la educada capacidad emotiva de su voz acunaron durante dos horas. Entre el público una nutrida presencia de ciudadanos nórdicos residentes en la costa de Granada que hasta enarbolaron una bandera noruega para que la cantante se sintiera como en casa.
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