Texto y fotos: Juan Jesús García
Unas coplas por los viejos tiempos
Todo comenzó con una conversación entre dos viejos músicos metidos ya en otros oficios donde comentaron la necesidad de verse en otro sitios que no fueran los entierros. Dicho, y un par de meses después, hecho. La insólita iniciativa reunió en la madrugada del domingo a una decena de nombres de los que escribieron la historia del rock en Granada durante las dos ultimas décadas del siglo pasado, a su gente, a su público y hasta al personal que llegó desde Zaragoza y Bilbao para ver este momento "histórico" según calificó uno de los desplazados.
Se hubiesen podido llenar dos o tres veces la capacidad de la sala Telonera, ya que durante toda la noche estuvo llegando gente para comprar unas entradas agotadas desde el primer momento. La sala se dividió en dos partes, en la parte baja fue donde grupos y público se veían las caras después de muchos años compartiendo las coplas por los viejos tiempos, y el primer piso donde los músicos y su entorno hacían lo mismo y también las copas, en un tono absolutamente emocionante en muchos casos. Ni la más mínima traza de nostalgia, tan sólo 'Viejos amigos cantando viejas canciones' como dijo 'Chico' Lapido. Fueron muchos los presentes y también los que quisieron estar ya que varias formaciones más acogieron la idea con entusiasmo pero ya no pudieron incorporarse "porque no se trataba de hacer un retro-Woodstoock de tres días", dijo Juan Fernández, el padre de la iniciativa. Otros, lo ausentes, tuvieron un recuerdo muy emotivo que rompió la voz del periodista Jesús Arias cuando lo leía, recibiendo un fuerte aplauso de afecto, respeto y cariño. Tres palabras impotentes en una noche como no ha habido otra en la música de esta ciudad porque nunca antes se habían puesto de acuerdo tanta gente en que todo saliera bien. Y no pudo ser de otra manera.
Los primeros en celebrar el aniversario de la promoción 80-89 del rock granadino fueron Recargables, el "combo de fiera convicción rocanrolera" como dijo el presentador Frank Roldan; curiosamente los únicos que siguen en activo como marca (están grabado su segundo disco) y que acudieron haciendo un gran esfuerzo personal pues pasaban por un muy triste momento familiar. Como todos los grupos de la noche salieron reforzados por colegas y amigos invitados, en este caso Andy Pineda y el que fuera bajista de Aldar, José Román. Tras ellos el grupo de los hermanos Juan y Enrique Pérez, que sí llevaban 21 años sin tocar. Quini Almendros recordó el papel de La Guardia en su mejor momento con la compañía de José Antonio, sonaron 'Noches como esta', la primera canción que grabó el grupo, y 'Ésta es la ley', dedicada a las ausencias de Enrique Conejo, Javier Lapido, Carlos Gilabert, Carlos García y Carlos León.
Tras esa reaparición momentánea del dúo Mezcal llegó el pop con Los Discretos, o mejor 'El discreto' pues sólo estuvo su bajista Juan Caballero acompañando a Autoblues. Sin embargo sí sonaron 'Construir la bohemia', 'Escuela de sexo' o 'La columna por la llanura' que fueron tres de sus más sonadas canciones. Autoblues se acordaron de su baterista Fernando López con ' La carretera' y terminaron con 'El último hotel' antes de firmar autógrafos como en los viejos tiempos "no me lo puedo creer" decía su guitarrista Juan. En este paquete más pop hay que incluir necesariamente Malditos los Celos con un Candy Ariza desatado y un sonido muy robusto que sorprendió a propios y extraños. Candy presentó digitalizados dos de sus vinilos que fueron uno de los records de ventas de la noche en la ventanilla de venta de maquetas y camisetas.
La segunda parte de la noche tuvo como primeros protagonistas a Los Ruidos en su formación original, pedazo de grupo entonces y ahora el de Josemi Quesada, Jacinto y Víctor Lapido. Hasta los punkis de manual que esperaban ansiosos la salida de TNT no tuvieron más que remedio que aplaudir al trío.
También a Amparo Sánchez en versión original: Correcaminos. Con faldita de lunares y el preceptivo tacón alto de 'rock and oll girl', Amparo se olvidó de su acento global para volver a sus ratoneros rocanrolitos del principio: '7,5 especial', '4 pedazos de papel' , 'Los boogies' y ese medio tiempo espectacular e intencionado que fue 'Ni pesar'. Como ella misma recordó era "la única chica de la noche", y también lo fue de la década. Ella, como El Doghouse son de los únicos que siguen en la brecha, aunque la formación angloamericana optó por dar la alternativa al grupo de su hijos: Arsénico. Y es que la familia que canta unida 'Good save the queen' permanece unida; hay pruebas documentales de Richard Dudansky y su hijo cantando al alimón "¡¡¡¡¡no future!!!!". Entrañable.
Y como no todos iban a ser músicos, Manolo Daban se ocupó de los botones para los grupos que había sonorizado en cientos de ocasiones: TNT y Magic, la traca final que explotó nada más salir los del 'Manifiesto Guernika'. 'Deberías tener cuidado', 'Gilmore 77', 'Estás muerto' y 'Cucarachas' fueron parte de los pildorazas que soltaron a todo trapo y sonando como nunca antes lo habían podido hacer. La formación original con Carlos (Manía Stéreo) tan solo se ha reunido dos veces en los dos últimos siglos, pero desde luego en nada defraudaron al puñado de coloristas fans que habían cruzado toda la península para presenciar la reaparición de un grupo al que el tiempo ha hecho mucho mejor. La despedida y cierre fue a cargo de Magic. "Antes de ellos no hubo nada en el rock duro granadino" dijo el presentador y ellos se empeñaron en demostrar que mantienen tono y forma, y que los estribillos de 'Rocker', 'Ayúdame' o 'Traidor' hay mucha gente que no los ha olvidado.
Al final, foto de familia con 'ojo de pez' para que entraran todos, intercambio de teléfonos y de regreso al presente real; eso sí, todos un poco más amigos. Creo que se trataba de eso.
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