Texto y fotos: Juan Jesús García
Pablo Guerrero: Intimo y apasionante
El extremeño Pablo Guerrero es uno de los escritores de canciones más querido por su compañeros de profesión. Su trayectoria artística ha sido tan curiosa que comenzó en la música folclórica más agrícola para llegar a ser uno de los más exquisitos y vaporosos poetas del amor, y musicalmente muy sofisticado. Su actuación en Abril para Vivir fue seguida con mucho interés por la audiencia que llenó a primera hora la Plaza de las Pasiegas y con la concentración que requería tan peculiar presencia.
Pero antes de que el extremeño actuara lo habían hecho los finalistas del concurso que lleva el nombre de Carlos Cano, de los que Fran Fernández, y el ferrolano Andrés Suárez quedaron segundo y tercero respectivamente, alzándose con el premio la granadina Elena Bugedo entre los setenta autores que se habían presentado procedentes desde todo el Estado.
Guerrero es un cantante escaso de ver ya que sus problemas con la voz fueron limitando sus apariciones públicas en las últimas décadas. Sin embargo su volumen escaso, pero asperísimo y profundo, emociona tanto como las inasibles y sensibilísimas imágenes que relata. Su concierto comenzó leyendo sobre la música de sus acompañantes, uno a uno en una original presentación. Y sí, allí estaban Luís Mendo y Nacho Saenz de Tejada en las guitarras, dos de los músicos más ubicuos y necesarios de este país, Santi Vallejo en la trompeta y percusiones y Luís Escribano en el contrabajo.
Un cuarteto que con un leve ritmo automático decoró en un tono muy contemporáneo las impresionantes canciones de Guerrero, que fascinan sin la menor estridencia. Con una apariencia por momentos jazzística, con un fraseado de trompeta con sordina, una elástica guitarra que no se bajaba del trémolo y la otra haciendo bucles, las canciones invitaban a la evasión interior.
Casi todo lo que sonó fue el disco 'Plata', dedicado expresa y explícitamente a la mujer, con canciones como 'Agua de tus manos', 'Olas de vida' o 'Hasta ser uno contigo' entre otras, esta última en su dedicatoria "inspirada y en homenaje a Leonard Cohen". También hubo palabras de recuerdo para Hilario Camacho, con un recitado mientras la evanescente guitarra de Nacho de Tejada rememoraba la melodía de 'Cuerpo de ola'. Al final, tras dos bises exigidos por la parte más entusiasta y conocedora de su trabajo (la otra mitad, la de curiosos y turistas permanecieron absolutamente respetuosos), Guerrero entonó 'A cántaros', una canción emblemática de la Transición, nuestra 'A Hard Rain's A-Gonna Fall', en una autoversión completamente deconstruida. Y es que como dice Imael Serrano en la presentación del disco de homenaje que le ha dedicado: " Pablo es una referencia no sólo porque es autor de canciones maravillosas, sino porque es un ejemplo de inquietud musical, de búsqueda permanente, honestidad y coherencia".
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