Texto y fotos: Juan Jesús García
Revólver: Balas de amor y risa
El segundo de los conciertos del ciclo Abril para Vivir se trajo de tierras levantinas a Carlos Goñi más cantautor que nunca. La presencia del alicantino en la Plaza de las Pasiegas de Granada y gratis había animado a buena parte de sus seguidores de provincias vecinas y habían llegado desde Málaga, Jaén Almería y hasta de Sevilla dispuestos a que no se bajara de su silla.
El tiempo contribuyó también al éxito del concierto y aunque ya se le reclamaba a gritos antes de salir, aseguraba que "hasta la punta del rabo todo es toro" recordando que no hay plaza fácil aunque, como en Granada, el publico comiera en su mano; tanto los cercanos, los de delante, detrás y lados, como los que estaban hasta en las terrazas y tejados.
Pero un rato antes había amenizado la espera el trío que reúne a Julen Gossip, Oscar Plazola y Nano Ramos bajo la marca 'Los Pacos' . Y nunca mejor dicho ya que, vasco, mexicano y argentino han encontrado en el humor un punto de encuentro que los hace muy simpáticos y amenos en las distancias cortas. Humor urbano, humor sofisticado, humor absurdo, humor abstracto... con libertad formal absoluta y hasta atrezzo auditivo para la escalofriante 'Hay una rata en la cocina'. Curiosa coincidencia: en el mismo escenario tres 'pacos' (francotiradores en la guerra civil española) y un revólver.
Goñi es una garantía absoluta de buen nivel de comunicación hágalo como lo haga. Sea con grupo o sin él. Son muchos los tiros ya pegados al cabo de tres décadas para que su revólver no haga blanco en mitad del pecho. Y si además el público se deja, pues mejor todavía, porque es de los que disfrutan con el masaje de los aplausos en la espalda y puede llegar a las tres horas de concierto. No fue el caso porque a media noche preceptivamente había que enfundar.
Pocos como él para sacarle rendimiento a los asuntos del amor, siempre con una convicción melancólica de esa que a algunos les encoje el alma, estribillos apasionados y bastante más afectación de la que se requiere en la era del politono feliz. A su lado invitó a los teclados y acordeones al ubicuo Cuco Pérez (el acordeonista oficial del Reino) y Juan Pedro Cornejo, ricos en su aporte aunque innecesarios, porque Goñi se bate solo con soltura y credibilidad, siendo, además, de los pocos que manejan el arte de hablar entre canción y canción embelesando al oyente con su comentarios siempre blancos y nada maliciosos.
En segundo puesto ya había soltado 'Esclavo de tu amor' y podía perfectamente dar la vuelta al ruedo si por pañuelos hubiese sido. Pero tenía más: 'Duro de llevar', 'Sara ha vuelto al ciudad' ,'Fuera de lugar', 'Calle Mayor' o 'Faro de Lisboa', recién regrabada para 'Básico III' con Enrique Bunbury, pero cuando la compuso "con quien me hubiese gustado poderlo hacer era con Carlos Cano" según confesó. También, curiosamente a sus años (46) , pidió perdón por cantar un bolero, el célebre 'Sabor a mi', que el viernes que viene de nuevo volverá a sonar en Granada, aunque esta vez por Luis Miguel.
Aunque lentamente se ha ido apartando del centro del foco de la popularidad multitudinaria, Goñi se sigue manteniendo entre los artistas con fiel atractivo para el medio público, que se la sabe todas, las canta y además se lo agradece a su autor con efusividad. Hasta su manager andaba preocupado por la manera de salir de allí una vez terminado el concierto, pero además de cariñosa y generosa, esa parroquia fue educada y respetuosa y más allá de alguna foto robada y unos garabatos apresurados no exigieron más a su admirado.
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