Texto y fotos: Juan Jesús García
Ñu: El regreso del juglar que nunca se fue
Cuesta ponerle un titular una concierto de Ñu, probablemente el grupo más longevo del rock nacional, porque la tentación es mirar siempre hacia atrás, aún cuando lo que tuvo el público de la sala Tren (¡3/4 de entrada en jueves santo!) fue un magnífico concierto en tiempo presente. Que si se conserva, que si resucita, que si tuvo, retuvo, patatín o patatán... esta retro-palabrería puede confundir sobre el hecho de que José Carlos Molina dirige una banda redonda, a la que le gusta lo que toca, y un concierto equilibrado y capaz de complacer a los que ya lo hace (alguno había incluso recordando su primera actuación en Granada en 197...¿6?) como a los que no habían nacido por entonces. Sea por su personalidad arrolladora, porque su actuación no peca de excesos o porque está hábilmente trenzada entre temas obligatorios, clásicos propios o ajenos, guiños al inconsciente colectivo y recursos varios del tipo pedaleras de ciencia ficción, lo cierto es que quedó bien en todo momento. Aquí sí que se notan los tiros pegados por 'el juglar', que siempre ha estado ahí como una referencia en el rock español.
Los "Ñu 0.7" son el bajista Gorka Alegre, el baterista Javier Arnáiz y el guitarrista Manolo Arias, me atrevería a decir que algunos de los músicos más entusiastas que ha tenido Molina tras él en tiempos, y eso se nota, desde 'Trovador de ciudad' y durante casi dos horas de concierto. Pero antes de ellos se presentaron Glendalough, banda local con músicos reciclados como Jesús Álvaro (Tótem) o Rafa Hermosilla (Supervivientes) que gustaron mucho con su versión acelerada del entorno sonoro celta: estarán abriendo para Jethro Tull en unos días.
La falta de descanso en plena gira torció los intereses de Molina que notó una posible fisura de su garganta y reordenó la actuación acentuando más en los instrumentales de cara a la segunda parte. Pero ya antes habían sonado su serie del loco 'No hay' y 'La granja' y ese paquete perfectamente encajado como 'El Juglar' y 'Preparan', dos temas que le acompañan desde 1978 y no desfallecen. Algunos otros pecan de cierto maniqueísmo roquero de buenos y malos tan propio de mediados los ochenta y el tiempo les pasa factura. Nada que ver con 'El tren', un clásico, el estándar firmado a medias con Mercado que dio paso a un solo de batería espectacular dentro de un paréntesis por Led Zeppelín, tiempo que se pidió Molina para ir preparando 'Mas duro que nunca' y esa especial canción que es "Ella", un tiempo medio esencial que significó el momento cumbre en la popularidad de grupo.
En ausencia de teclados y cuerda Los Ñu de ahora mismo tienen un sonido seco y que va a lo concreto, sin demasiada palabrería heavy y sí querencia por los desarrollos instrumentales bien argumentados y expuestos (¿¿sinfohardfolk??). Esta versión reconcentrada de la historia de Ñu, pelada de polvo y paja, suena que puede dejar en evidencia a muchos que lo han aprendido casi todo del último juglar de Legazpi y hacer buenos sus disfraces de piratas. Ni tuvo ni retuvo, señores, ¡cómo tiene!
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