Texto y fotos: Juan Jesús García


Tan Bonicas: El misterio de la lavadora rebelde

Aunque el rock y el pop han dejado de ser hace tiempo cuestión de género, no abundan mucho los grupos de todo-chicas, ni en Granada ni en resto del país. Bajo ese nombre tan brillantemente escogido se encuentra un cuarteto (hasta ahora cambiante) de chicas en las que, encontramos algunos apellidos ilustres de los últimos veinte años de música en la ciudad. Tan Bonicas actuaron el miércoles en el Planta Baja parea presentar una maqueta que ya se les ha quedado pequeña y anticuada, primero por que ya no son las mismas y segundo por que tienen mucho material nuevo que grabar; al parecer en ello estarán en breve.

A diferencia de los habituales grupos varoniles, en casi todos los casos muy preocupados en hacer esto o aquello, en situarse estilísticamente en cualquier tribu sonora para obtener el certificado de pedigrí, Tan Bonicas, y como en ellas pienso también en Noroeste o Nosotrash, sus intereses son más amplios que eso, y la vez más sencillos: comunicar y contar cosas, sin atender demasiado al idioma o la sintaxis preceptiva. Libertad sonora que siempre determinan conciertos y discos complicados de clasificar y absolutamente libres, frescos y naturales. Entre el pop, y el rock (por el ataque de la guitarrista, hasta duro) se mueve el cuarteto, bien encajado y con gracia, picardía y más una banderilla para los de este lado. Algunos de sus riffs suenan a ya escuchados (el de 'Lorena' podría ser de Free o Bad Co) y tiene una gracia infinita para hacer sus adaptaciones, como ese dinámico 'Resistiré' que se convierte en una oda a 'La María', la de liar obviamente. Gastan un puntillo irónico doméstico (entre pegamoide y almodovariano), que subrayan con su propio electrodoméstico decorando el escenario, para intentar responder a uno de los mayores misterios sin resolver de la historia de la humanidad: "¿cómo funciona esta puta lavadora?" (en verdad ¿alguien sabe para qué sirven los mil programas que tienen?). Un grupo que dará de hablar. ¡Míralas... ahí, tan bonicas ellas!