Texto y fotos: Juan Jesús García


Texas Terri: Rocanrol tatoo

Hace cinco años la señorita Terri apareció por aquí a caballo de su leyenda de stripper del rock y versión femenina de Iggy Pop. Ni que decir que la sala donde actuó se puso a reventar esperando, sobre todo, que se le despegaran las tiras de cinta aislante de su exiguo traje de combate. Al margen de tan carnal interés aquel concierto sirvió para dar a conocer a una mujer brutal en escena y a una banda que sin ser nada del otro mundo se entregaban a morir en cada concierto. Puro rockadnroll garitero y sudoroso.

En esta ocasión el morboso efecto llamada de la señorita Terri se quedó diluido entre el fútbol y la actuación del 'Brass', así que los voyeurs de entonces dejaron sitio a los verdaderos aficionados al rock and roll de base. Menos en cantidad pero no en calidad, regalando su apasionamiento a un grupo que saltó al escenario recién bajado de la furgoneta, sin probar y un tanto descolocado por el ajetreo y las prisas: en estos dos meses europeos van a dosis de concierto diario.

Aterrizaron con un desajustado 'Lifetime Problems' del disco con los Stiff Ones, su anterior grupo, más rodado y por la labor que este, un tanto tirando al trabajo de oficio. Como banda resultaron de lo más normalito, escuela Detroit suburbial y con algunas despistes por libre. Nuestra señora tiene un voz cada día más varonil y rasposa, un aspecto tatuadamente decadente, recordando a un Iggy transexual con movimientos de polichinela, chorreando lápiz de labios corrido y cumpliendo como front line desinhibida que complementa con su entrega, en ocasiones casi taurina por su fuerza desarticulada, el crujiente sonido de sus acompañantes. Tocaron casi su entero el disco 'Your Lipps my ass' y entre col y col se pudo escuchar algún préstamo a los Rolling Stones, a los Dead Boys ('Sonic reducer') para terminar subida en la barra del planta dejándose adorar como una diosa del sex & roll al grito de "quiero ser tu perra". Una manía que desde los Stooges está muy de moda.