Texto y fotos: Juan Jesús García


Amparo y sus muchachos: rollito de tres

Cuando llega el invierno y el tiempo complica lo de los grandes escenarios (y cachets, por cierto) hay quien se inventa algún formato más pequeño para no perder el "contacto con su público", que siempre queda bien decirlo así. Amparo Sánchez (Amparanoia) es una de los que siempre se saca algo de la manga para pasar el frío en salas pequeñas con su gente al alcance de la mano para entrar en calor. No necesita mucho, porque hay que recordar que la euroalcalaína se curró cientos de escenarios ínfimos sola o con un guitarrista todo lo más, así que el que venga con dos tipos a los lados nada más (Jordi Mestres y Daniel Tejedor) no es nuevo para ella, ni para el oyente, aunque por edad probablemente no se acuerde, ya que la media de los que acuden a sus conciertos es bastante inferior a la suya, por lo menos a su vida artística ya que empezó muy joven.

Tampoco parece contraindicado este tratamiento mínimo a sus canciones, que a fin de cuentas nacieron así antes de ir cogiendo empaque. Y esa capacidad de maniobra le permite al equipo de bolsillo realizar variaciones, cambios, detenciones, jaleos e improvisaciones más complicadas de hacer a banda completa. Como quedarse sola ella con su guitarra sin más, al modo cantautoril clásico, eso sí, teniendo como red sus facultades vocales, que con el tiempo han ampliado los recursos y los límites, conservando eso sí ese extraño acento indefinido y neutro que a modo de esperanto personal todo los 'buenrrollistas' parecen tener como seña de identidad (o defecto de fábrica, quien sabe) pero que puede sonar ajeno y en muchos casos tan forzado como antinatural.

No es de extrañar que el (neo) Planta registrara el primer lleno de pago de la temporada, Amparo es un valor fijo y estable; lo de jugar en casa (y más ahora que vive aquí) puntúa a su favor y no en contra como suele ser habitual en esta plaza tan cainita, y además su concierto tuvo el valor simbólico de la apertura a los buenos tiempos, cuando su anterior presencia en ese escenario lo terminó abruptamente la policía municipal con una orden imperativa de clausura inmediata.