Texto y fotos: Juan Jesús García.


Sorkun: La gran esperanza vasca.

Salvo los nombres consagrados, los Muguruza y pocos más, le cuesta a la escena vasca darse a conocer fuera de su área de influencia, así nos quedamos apenas sin escuchar en su momento al grupo Kashbad, donde se fogueó Sorkunde Rubio, su cantante, antes de pasar a la Kontrabanda de Fermín Muguruza y recorrer medio mundo en las habituales giras planetarias del exKortatu. Sorkun llegó anteanoche con su disco 'Duna' aún caliente en la primera gira que realiza tan al sur. La de la cantante de Rentaría es una propuesta fascinante y muy hecha que sorprendió por su coherencia, contundencia y grado de madurez.

El factor desconocimiento privó a la pequeña cantante de un mayor público que sin duda hubiese quedado prendado de su oferta. Pero se trata de abrir brecha y conciertos como el suyo son de los que corren de boca en boca; con seguridad la próxima visita ya tiene garantizado un recibimiento más receptivo.

Sorkun capitanea un quinteto bien ensamblado y absolutamente serio y cuajado, sin dudas ni fisuras. Ella misma regala una frescura que hace hasta amable el duro sonido del euskera, añadiendo una considerable solidez escénica. Aunque la hayamos encuadrado en la nómina de la nueva canción de autor el espíritu de grupo preside su rotunda puesta en escena. El que haya oído sus dispares dos discos echó de menos su habilidosa utilización de la electrónica en 'Duna', que aunque sonó entero lo hizo ajustado a un proteico sonido manual, orgánico que se dice ahora; común denominador para el repertorio de ambos que presentó en el Sugarpop.

Unas canciones angulosas que huyen de los estereotipos y tienen el saxo barítono un timbre tan diferenciador como inquietante, al gusto de aquellos heterodoxos que se llamaron Van der Graaf Generator, (también Morphine, pero menos).

Con 'Heldu Nazazu': "Has vivido escondido, agárrate a mi, estoy a tu lado", a modo de bienvenida (casi del 'Bienvenidos de Miguel Ríos), comenzó su concierto, repleto de atmósferas angulosas y enervantes, temas de perfil quebrado (Atmósfera y 'Nosferatu' son dos ejemplos más) perfectamente armados, tan duros como accesibles, con voces muy cuidadas y de espaldas al estereotipo. Uno hubiese deseado escuchar el 'Rescue me' de Aretha Franklin que, monta sobre máquinas trotonas, pero en este grupo, hoy por hoy prima el sudor humano. Se llama Sorkun, no se la pierdan la próxima vez.