Texto y fotos: Juan Jesús García.


Los Primos: Reír y cantar.

El trío Los Primos (lo son de verdad) son un reciente proyecto de espectáculo que abunda en la capacidad humorística de la música. Hacían sus presentaciones como tales este fin de semana en el Secadero (Granada) compaginando esta historia con otras como la dirección de coros o grupos de rock. A diferencia de otras formaciones del mismo tipo (la de Les Luthiers es la más próxima dado el acento porteño y el grave tono de voz de Luis Otero, nuestro Marcos Mundstock de andar por casa), tienen fijación por las músicas más castizas lo que redunda en su mayor cercanía de referencias y mayor inmediatez.

Los primeros pasos aún parecen un tanto dubitativos y algo pendientes de la respuesta del oyente más que de dirigirla hacia donde desean en beneficio propio. Seguridades que hecho el rodaje aparecerán en un concepto de concierto-show en el que caben lecturas, recitados y todo tipo de músicas. Así tras un comienzo afrancesado al estilo Hot Club, van desbarrando en todas direcciones: hacen blues (porque sí), Djangojazz, sevillanas y Nacho Ruiz se estira como guitarrista todoterreno, mientras que Jasio en la viola da un toque untuoso y melancólico al sonido final. No hay bajo, ni percusiones, sustituidas vocalmente por Luis desde el fondo. Como parece lógico en un grupo de estas características tampoco tienen prejuicios ni vergüenza, recuerdan a Krahe en su menaje a la horca, a Pepin Tre en sus desvaríos improvisados sobre la marcha, y su reversión de 'Mi carro' resume todas sus aviesas intenciones. Son primos, pero no lo hacen: hacen reír.