Texto y fotos: Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón).
The Wall Performance cierra su gira 2005 con un concierto apoteósico
Una sala "Luz de Gas" llena hasta la bandera esperaba frente a un imponente muro el comienzo del show. Después de una accidentada gira por Madrid, Sevilla y San Sebastián; el público de Barcelona supo estar a la altura de las circunstancias y no desperdició la ocasión de acercarse a comprobar en qué consistía ese homenaje a Pink Floyd llamado "The Wall Performance" que ya llevaba varias semanas anunciándose en Internet, emisoras de radio y marquesinas de la Ciudad Condal. El que escribe podría apostarse cualquier cosa sin miedo a perderla, a que ninguno de los allí presentes salió decepcionado de lo que pudo ver esa noche. Prueba de ello fue la cola que se formó en la mesa de "merchandising" una vez concluido el concierto.
A las 21:15h, Raisa, la presentadora virtual del evento, anunciaba que el concierto daría comienzo en escasos 4 minutos. Así fue. Con un sonido de sirena entraban en escena una madre portando a su hijo en brazos y un soldado vestido de uniforme, recordando el inicio de la película "The Wall" homenajeada esa noche. Acto seguido, con los primeros acordes de "In the flesh?", Gonzalo Valdivia derribaba los ladrillos del gigantesco muro que presidía el escenario para presentarse ante el público catalán que lo recibió con una gran ovación. Imágenes de los ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York, fragmentos del anteriormente nombrado film de Alan Parker, imágenes reales de aviones militares bombardeando ciudades, dibujos de un niño realizados por el sobrino de Gonzalo, y una amalgama de efectos gráficos y digitales creados por Víctor Recua; iban pasando por las pantallas mientras la compañía de teatro Jeribeque daba vida a los diferentes personajes de la película. Como banda sonora de todo este espectáculo visual, Gonzalo Valdivia, Pablo Miquel, Esperanza Faci, Mister Gaudinni y Eva (vocalista de The Dream of Eva), iban reproduciendo uno a uno todos los temas del álbum de Pink Floyd.
Es difícil redactar de una forma ordenada todo lo que iba pasando dentro y fuera del escenario en un espectáculo como éste. Harían falta tres o cuatro visualizaciones del mismo para no perderse ningún detalle. Cualquiera que centrara su atención en las pantallas podía perderse la representación teatral de los actores. Los que se centraran en los actores, seguramente se perderían lo que se estaba proyectando en las pantallas. Y si no se estaba pendiente de los músicos, en cualquier momento uno podía perderse los punteos y gesticulaciones de Gonzalo Valdivia. Si hubiera que poner alguna etiqueta al evento, yo no tendría ninguna duda en denominarlo "Espectáculo Global".
Los momentos más brillantes de la noche (si es que puede aislarse algún momento concreto en un show tan completo) fueron la puesta en escena de algunos temas como el ya mencionado "In the flesh?", el cual abría el concierto; "Another brick in the wall II", con la pelea entre Gonzalo y un profesor violento armado con una regla; "Young lust", con las insinuaciones y contoneos de una prostituta que recorría el escenario agitando sus plumas entre medio de los músicos; "One of my turns", con un personaje atormentado que, desatando su rabia contenida, destrozaba todo cuanto encontraba al alcance de su mano, para más tarde acabar totalmente derrotado; "Confortably numb", con un solo de guitarra final de esos que te hacen flotar y que desearías que no acabasen nunca; y un larguísimo etcétera. Sin apenas descanso, tanto el grupo de actores como los músicos, llevaron a cabo una impresionante puesta en escena de este original e inigualable espectáculo audiovisual, recibiendo los constantes aplausos de los espectadores.
Una vez finalizada la "performance" de "The Wall" que daba nombre al evento, la banda volvió al escenario para agradecer al público de Barcelona su fantástica acogida y para poner el broche de oro a la noche, tocando las que el propio Valdivia difinió como dos de las canciones más bonitas de Pink Floyd: "Dogs" y "Shine on your crazy diamond". Si la interpretación de los temas de "The Wall" fue magnífica, la de estos dos últimos fue sencillamente magistral. Una lástima que la dirección de la sala no les permitiera acabar más tarde de las 23:30h porque de lo contrario hubiera habido mucho más.
A pesar de ser un tributo a Pink Floyd y de que los temas fueran compuestos por Roger Waters allá por 1979, Gonzalo Valdivia supo en todo momento hacerlos suyos imprimiendo su sello personal en cada nota que entonaba y en cada frase que cantaba. Lo más fácil hubiera sido aprenderse las partituras de memoria e intentar reproducir de la forma más parecida posible a los originales, todos los temas de "The Wall" de principio a fin. Si bien es cierto que la ejecución de todas y cada una de las canciones estuvo a la altura de las originales, Gonzalo supo transmitir sus propias emociones y su propia personalidad musical en cada una de ellas. Se mostró tan cómodo y tan suelto encima del escenario, que incluso parecía que las canciones hubieran sido escritas y compuestas por él mismo y que estuviéramos en un concierto de El Alquimista en lugar de en un homenaje a Pink Floyd. Esto sólo es capaz de conseguirlo alguien que realmente siente lo que hace y eso precisamente es Gonzalo Valdivia, una persona entregada en cuerpo y alma a la música.
Es una lástima que las actuaciones de "The Wall Performance" hayan sido programadas por las salas de conciertos en días laborables y que en determinadas ciudades ni siquiera se hayan promocionado. Lo que está claro es que después de su último concierto en Barcelona, Gonzalo Valdivia ya se ha ganado a la capital catalana y que en ella siempre encontrará un público que sabrá valorar el trabajo de este artista con mayúsculas, que canta, toca el piano y toca la guitarra, pero que con el instrumento que mejor música hace es con el corazón.
Larga vida a Gonzalo Valdivia.
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