Texto y fotos: Juan Jesús García.
Amercian Gospel Singers: ¡Qué marcha, hermanos!
El concierto de los American Gospel Singers cerró anoche -18 de diciembre- en el Palacio de Congresos el programa de conciertos solidarios de Cajagranda. La música de Dios sirvió para decir adiós por este año a una relación espectáculos cuya recaudación está destinada a varias ONG´s con el remite 'de tu parte'.
El término 'Gospel' se le atribuye en los años 20 al músico Thomas Dorsey, hijo de predicador y que al convertirse a la fe cristiana y comenzó a componer canciones religiosas en estilos populares, aunque hay pruebas documentales de la existencia anterior de la palabra, él sería le primer divulgador. Gospel es una combinación de 'God', en inglés 'Dios' y de 'spel', término del inglés antiguo utilizado para decir 'historia', o sea: 'Historia de Dios'. En el caso del multitudinario grupo que anoche actuó en el Palacio de Congresos la historia era una enciclopedia completa, puesto que además de los componentes más o menos sacros del género: espirituales, jubileos, sermones, rings, athems... además hicieron latin, soul, funk y otras músicas más físicas, de las que más bien puso el diablillo en la tierra para gozar. Eso sí con los preceptivos 'amenes' y 'aleluyas' de rigor coreados entusiastamente por la audiencia.
Excepcionales cantantes, con una primera fila de solistas abrumadores de uno en uno, blancos y negros, hombres y mujeres, los quince músicos vistieron de color oro para la ocasión. Los American Gospel Singers son un perfecto coro de 'gospel para exportación', dispuesto a aclamar al divino pero dando mucha marcha al humano. Tentación a la que sucumbió el respetable sin problemas de conciencia, primero con palmas, luego con los jaleos pertinentes y definitivamente bailando. Si la misa de doce fuese así de animada en nuestras parroquias, seguro que habría que sacar asiento con antelación.
Desde sus comienzos en las plantaciones de algodón sureñas como fruto del sincretismo religioso, y hasta llegar al anuncio de Amena (¡Manolo- Manooolo!), el gospel se ha convertido en un estereotipo cultural norte americano, tan arraigado que las agencias de viajes incluyen la asistencia a misas gospel en sus paquetes de visitas guiadas a las ciudades estadounidenses. Espectáculos vertiginosos para todos los públicos, pero para todos: que en el Palacio de Congresos, casi lleno, asistieron tanto jóvenes como mayores e incluso caras conocidas del rok, pop ¡y hasta del heavy metal!. Disfrutando todos del espectacular ritual sagrado y profano, para creyentes y agnósticos de los cantos antifonales (de pregunta y respuesta, hasta parecer un agitado patio de vecindad incluso). Gentío capaz de dejarse conmover o directamente mover por el arte de la música divina, en toda la extensión del término.
Y para terminar nada más recomendable que la marcha mayor de Nueva Orleáns ('When the saints') y el mejor deseo para el dos mil seis: ¡que tengan muchos 'Oh happy days'! ¡Hermanos!
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