Texto y fotos: Juan Jesús García.
'Pablito' Milanés volvió a emocionar con sus canciones
A sus 62 años Pablo Milanés es una de las voces en español más importantes del mundo. La admiración que por él se siente propició que algunos colegas le hicieran un disco de homenaje, el 'Querido Pablo', que llevó a Bob Dylan a lamentarse de no haber sido invitado ofreciéndose para un segundo volumen. Pablo Milanés, es simplemente 'Pablo' para su público por la cercanía con que se le siente, e incluso 'Pablito' si el oyente es cubano. Asistir allí aun concierto suyo es algo sorprendente ya que el público casi no le deja cantar e invade entre canción y canción el escenario para llevarle flores y darle besos. Aquí no se llega a tanto, pero la emoción y el cariño se hacen sólidos y casi se pueden tocar, es le resultado de haber compuesta muchas canciones de esas que se susurran al oído para no romper su magia.
Milanés tuvo abandonado a su gente granadina durante bastantes años, en los que limitó su actividad pública para recuperarse de una grave enfermedad. Pero parece decidido a recuperar el tiempo perdido y en este año ya ha venido en dos ocasiones. Ahora lo hace acompañado por su hija Haydée (pronúnciese 'Aidé', y no 'Jeidi', como la han anunciado en algunos medios). Padre e hija juntos, aunque nada que ver con el tópico de los vástagos de tonadilleras, es más Milanés-padre no ha intervenido públicamente en ningún momento en la edición del disco con el que su hija ha debutado (y tiene otra, Suylen, que también canta).
El (ya menos) nuevo trovero vino para presentar el disco 'Como un campo de maíz', confeccionado con canciones escritas en su primera juventud y que ha recuperado por recomendación de sus hijas. Canciones con cuarenta años como 'Réquiem para un amor' o 'Mi esperanza', que a pesar de la distancia no desentonan al lado de otras nuevas, que como 'Cargados de amor', el tributo al pintor 'Fabelo' o un homenaje a Neruda sobre el poema 'Para mi corazón basta tu pecho', han significado su vuelta a los estudios tras varios años sin grabar.
Con un planteamiento sonoro moderno que actualizaba los arreglos de sus canciones a base de piano y sintetizadores, a los que añadían esporádicamente violín y él su guitarra, sus canciones cobraron una vida nueva acorde a los tiempos sonoros que corren. Perfecto de voz y con los brazos abiertos dejándose querer, el autor de 'Yo no te pido' o 'La vida no vale nada' cantó dos docenas de canciones en más de dos horas, cuatro de ellas en el centro de su actuación por su hija Haydée, que en 'Tanto amar' tiene una de esas piezas que se pueden calificar de eternas.
El público, que volvió a (casi) llenar el Palacio de Congresos como siempre que aparece el cubano, aplaudió cada una de sus intervenciones con ese calor amoroso que comentaba al principio, arreciando hasta le estruendo para agradecer algunas piezas, que como 'Yolanda'o 'Años' no pueden faltar nunca en sus conciertos y son cantados con fervor casi religioso. Y es que 'Pablito', 'Pablo' o 'don Pablo' es ya como de la familia, (y uno más con su Haydée).
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