Texto y fotos: Juan Jesús Garcia.
Bersuit: La Bombonera.
Las corrientes de movilidad humana están produciendo fenómenos tan curiosos como el que se vive cada año con la gira europea de Bersuit (Vergarabat): que unos artistas absolutamente desconocidos en España, donde ni siquiera llegan sus discos, sean capaces de convocar a más público que las estrellas locales o grandes nombres internacionales.
La actuación del grupo bonaerense Bersuit volvió a movilizar a toda la colonia argentina de por Granaday alrededores, llenando la Copera hasta la bandera, por su puesto blanquiazul y con dios con el 10 en la espalda. A miles de kilómetros de distancia de casa es, además, una oportunidad de encontrarse, reafirmarse, y convertir un concierto en una fiesta cargada de emotividad que vista desapasionadamente desde fuera es todo un espectáculo, convirtiendo la Copera en una pequeña Bombonera de andar por casa, estadio donde este multitudinario grupo llena (100.000 personas) cada vez que toca. Le ocurre a Bersuit, y también a Los Piojos o La Renga, tres de los que nos han visitado en los últimos tiempos.
Se ha escrito que el rock en español nació en Cuba, y que en Argentina es donde ha conseguido sus mayores niveles de personalidad propia, una larga relación de nombres podrían ratificar esa afirmación, que le líder de Bersuit resumió en una entrevista para Ideal: "la mezcla entre el negro y el indio ha dado una riqueza rítmica tremenda con decenas de estilos diferentes". Los del 'Pelao' Cordera son un buen ejemplo de ello.
Con tres cantantes en formación y otras tantas guitarras al lado, Beruit son una auténtico ventilador rítmico que parte del rock, desde el clásico al Metal, pero que sin ningún complejo ni servidumbre hacia el imperio angloamericano de la música, milonguea, electriza el tango, aceleran la cumbia o no olvidan sus ancestrales cantinelas napolitanas. Poniendo a punto de cocción la pista de baile, que en casi ningún otro concierto visto por aquí hace tan apropiada su denominación. Todo ello salpicado de una deslenguada critica política, feroces referencias a todos los inquilinos de la Casa Rosada (¡excepto a Kirshner, que de momento se salva!), autobromas sobre los estereotipos porteños y una continua desinhibición erótico festiva, que concluyó con un alegre striptease por parte de una espectadora.
Con 'Me duele festejar', 'El baile de la gambeta' y 'La del toro' comenzó todo, hicieron un pausa intermedia en plan acústico para descomprimir con lagunas piezas de novedad como 'Madre no hay más que una' (su último disco es premeditadamente más relajado para humedecer la pólvora de sus seguidores más lanzados), para terminar a todo trapo con la tóxica 'Yo tomo', la autocrítica de 'La argentinidad al palo', la iconoclasta 'O vas a misa' y finalizar con el rocanrolito picante de la antigua 'Hociquito de ratón'. Sorprendentemente dejaron para otra ocasión sus dos números más potentes y que se convirtieron en auténticos himnos sociales como son 'Sr Cobranza' y 'Se viene', un remate de 10, con perdón de Maradona.
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