Texto y fotos: Juan Jesús García.
Zaidín 2005: Un concierto histórico.
El proyecto era reunir a la mayor parte de música granadina de los últimos cuarenta años en la ciudad, pero tras la caída de los Niños Mutantes del cartel, el Festival de Zaidín se resumió prácticamente a los primeros veinte: la gran mayoría de los que se subieron a tocar el sábado ya no cumplen los treinta y tantos. Así que queda pendiente para el año próximo el segundo tramo, el de los grupos que han nacido o crecido ya en el siglo XXI de los que la ciudad tiene varios en el top. Que el lema de las fiestas fuese "envejecer con dignidad y calidad" no tuvo nada que ver con esto. Y cabe calificar de histórico (con y sin dobleces) el programa del sábado, que consiguió que más de 20.000 personas escucharan a algunos de los grupos en la más larga noche del rock granadino que nunca antes se había organizado en esta ciudad.
El regreso de los Recargables a la actividad el pasado año los puso al frente del cartel del Zaidín, con el desparpajo y la sabrosura de siempre y ese regusto a rock and roll de la Elipa, aunque sean de Granada, inauguraron la muestra temática de música de la ciudad.
Kenedy es el nuevo proyecto de Paco Chica, indiscutiblemente una de las voces más reconocibles del país y uno de los tipos con mayor sentido del espectáculo que uno conozca. Ahora se ha reencarnado en un crooner varonil entre Pino Dangio, Bowie y Neil Diamond; levemente disco, levemente afrancesado, pero grandemente artista. Con la ayuda de miembros de Del Ayo (Víctor fue el comodín de la noche), sus ex Dorian y Matilda, y con un par de actores se montó un auténtico 'sofistoclip' en vivo. Memorable.
Los dos grandes grupos de los ochenta, 091 y La Guardia estuvieron representados con sus formaciones actuales Mezcal y Lapido (y Lagartija Nick al final). La versión eléctrica de Mezcal ha perdido el encanto íntimo de su anterior propuesta pero a cambio son rotundos en los espacios grandes. Desde los Credence a Roadrunners, desde Clash a los Cero tienen un mundo amplísimo a donde acudir para hacer sus espléndidas versiones y siempre quedar de bien a muy bien. Se esperaba alguna reunión ocasional con José Ignacio Lapido, pero... la separó un oportuno cambio de escenario. Ambos grupos se despidieron por 091 mientras el público coreaba aquello de "¡Ceeero! ¡Ceeero!", más lo de la aclamación popular no va con ellos.
La formación de José Ignacio Lapido es la que empezará a girar en breve con el nuevo disco que sale el mes que viene: 'En otro tiempo, en otro lugar'. Serio riguroso, elegante y agradecido ("es un honor volver al Zaidín" aseguró), avanzó algo de esa grabación con dos temas 'La antesala del dolor' y 'De espaldas a la realidad' este último muy florido en coros y fresco aire Byrds. Breve por razones de guión y sobrio el "maestro", como le gritaban, alentó las ganas de escucharle a tiempo completo, en diciembre prometió.
Con Miguel Ríos se produjo un curioso relevo de personal, los que permanecía al fondo se acercaron y las primeras filas se fueron a la zona de avituallamiento, tras él ocurriría lo inverso. No pudo disimular Miguel Ríos la emoción de su concierto, en casa y con un recinto repleto de receptividad. Perfecto de voz y con una banda flanqueada por Jaime Asúa y Osvi Greco como primeros espadas y el Niño (Sex Museum) soportando el ritmo, le faltaron palabras (y mira que tiene) para corresponder el feeback afectuoso y masivo del público. Se dio un baño de multitudes y cariño de los que no se olvidan. Partió sus dos horas de concierto con un set semiacústico donde reconfirmó el inmenso baladista que es, dio cancha a sus compañeros, los ex Gran Jefe, y ratificó lo que había dicho a IDEAL el día anterior: que las canciones de '60 MP3' dan mucho juego en directo salpicadas de sus números de siempre. Uno llevaba tiempo sin verle tan feliz, en y bajo el escenario.
A Lagartija Nick le tocó cerrar el álbum granadino del rock en el Zaidín. Cambio absoluto de tercio, tanto en frente como dentro del propio grupo, con Eric en las percusiones y Jota Paneta y Noni de Lori Meyers (¿un avance del año próximo?) como invitados. Este cambio de presupuestos: menos especulación sonora y más concreción, ha supuesto para el grupo, en disco y en directo, una segunda juventud que se remacha con conciertos tan implacables como el del sábado; donde la tensión y el ritmo, sin más marañas argumentales, son los elementos que garantizaron un concierto estimulante y redondo. Rematado con 'Hipnosis' como segundo bis obligado a punta de aplauso por el respetable. Y eran casi las cinco de la mañana. Así se hace historia.
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