Klezmatics y Kroke envolvieron Lanuza con una subyugante mezcla de klezmer, jazz, new age y clásica.

Vitalidad, ingenio, sentimiento y, sobre todo, virtuosidad se unieron en la noche del 22 de julio en el principal escenario de Pirineos Sur en un doble concierto instrumental que subyugó a 2.000 espectadores que acudieron al Auditorio Natural de Lanuza. Los integrantes del grupo polaco Kroke fueron los primeros en salir a escena poniendo de manifiesto ya con sus primeras notas su magistral dominio de violas, violines, acordeón y contrabajo.

Kroke sirvió un coctail genuino y exótico de klezmer, jazz, new age y música clásica. Interpretaron composiciones únicas y novedosas tras de las cuales el público podía respirar, junto al límpido aire del Pirineo, la extraordinaria formación de los músicos. Sun, Dance, Usuall Happiness, Time, Light in the darkness, Lullaby For Kamica, Cave, Water, Spiel Klezner y Yiddish Freylekhs fueron los temas que ofrecieron en un concierto de diferentes tonalidades que alternó con asombrosa maestría desde la meditación introspectiva hasta los más festivos fuegos artificiales.

Los músicos polacos compartieron el episodio final de su concierto con los estadounidenses The Klezmatics, que actuaron después y que también dejaron espacio en su espectáculo para compartir de nuevo con Kroke intensos y emocionados acordes que sumaban el klezmer tradicional con la sabiduría de ambos grupos y su extraordinario conocimiento de otras músicas.

The Klezmatics recrearon el género klezmer con composiciones y arreglos que combinan la identidad y el misticismo judío con una estética contemporánea. Los norteamericanos hicieron danzar en el mismo escenario lo espiritual con lo salvaje, la provocación con la reflexión. Temas como Klezmorimlekh, Davenen, Kats un moys, Hevl iz havolim se desenvolvieron en el Auditorio de Lanuza como su éste fuera su escenario natural.