Texto: Vicky Peinado.
Fotos: Sergio Navas / Juan Jesús García.
Patricia Barber, figura de la vanguardia del jazz, pianista indiscutible, recuperó para el público del festival canciones que ya han pasado a formar parte del canon de la música occidental ("Bésame mucho" y "Light my fire", de The Doors); así como piezas propias cargadas de sensibilidad musical.
La acompañaban un contrabajo y bajo espectacular, Michael Arnopol; un potente sonido de batería, Eric Montzka y, guitarra eléctrica y acústica de Neal Alger.
Con estilo sofisticado e innovador, pero sin salirse de los contornos del jazz, nos enfrentaron a una música de aires renovados, que aglomeran un poco de ayer y otro tanto de hoy, consiguiendo así una equilibrada mezcla.
Patricia Barber dirigía el conjunto, pero su banda tuvo momentos realmente gloriosos.
El acento intelectual lo puso ella, sin embargo, el logro de puesta en escena pertenece por completo a sus músicos.
Patricia Barber, enigmática y misteriosa, en Jazz en la Costa
La compositora, pianista y cantante de Chicago ofrece en sus conciertos un remanso de tranquilidad misteriosa. Encuentra la inspiración en una surte de canción de autor en tono jazz entre Joni Mitchell y Mose Allison, hasta conseguir un sonido propio que respira un aroma modernista y contemporáneo. Es jazz y también pop de cámara, servido por una voz llena de misterio cuyo sentido dramático estremece en los momentos más blues. Expuesto con un sentido nada personalista ya que deja el brillo para los músicos que la acompañan.
Patricia Barber llegó de nuevo a Almuñécar, el escenario donde pisó tierra andaluza por primera vez hace seis años. La diva, procedente de Chicago, ha sido una de las cantantes de jazz más aplaudidas en los últimos tiempos por su estilo peculiar y su sofisticada música, que cuenta con numerosos seguidores. En Jazz en la Costa ha anotado el penúltimo lleno, porque Magic Slim, esta noche, también tiene agotado el taquillaje para la sesión de clausura del festival.
La exquisitez y el refinamiento de su música capitalizaron su concierto en Jazz en la Costa. Descalza y con una copa de coñac francés, Patricia cambió el tono de sus actuaciones habituales, tendente a un intimismo misterioso y distante por una presentación con picos mucho más rítmicos. La adición de un guitarrista le da un aire más de cantautora moderna y jazzificada. Aunque es una mujer poco expresiva respondió con un piropo al público sexitano en respuesta a un "Patricia te queremos" que le dedicó alguien de los espectadores. La mezcla de modernidad refinada con una indolencia calculada da como resultado una atractiva imagen que aunque informal, ya que habitualmente viste de sastre y siempre en negro, no desvela qué hay tras sus ojos huidizos y sus expresiones espasmódicas.
En Almuñécar se aventuró en versiones de Gillespie, arrebatando al público con una sorprendentemente ralentizada y queda adaptación del 'Bésame mucho', así como un 'Light my fire' The Doors completamente desapasionada y 'cool'. Terminando el concierto con una recreación de 'Whiteworld', el tema estrella de su disco en directo en París. Un Beautiful city' sirvió para despedirse del público almuñequero que la reclamó para dos propinas más.
Jazz en la Costa está organizado por la Diputación de Granada y el Ayuntamiento de Almuñécar y cuenta con el patrocinio de Cervezas Alhambra.
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