Texto: Vicky Peinado.
Fotos: Sergio Navas / Juan Jesús García.
Stanley Jordan desplegó, ante el ferviente público que abarrotaba El majuelo, todo su virtuosismo y genialidad. Su singular forma de tocar la guitarra dejó a todos con la boca abierta, sus maniobras mágicas y una sencillez encantadora a la hora de enfrentarse a la escena, le sirvieron para meternos a todos en su bolsillo.
Dos estupendos músicos, Zirque Bonner al contrabajo y, Eddie Baritinni en la batería lograron que el concierto resultara redondo.
Stanley Jordan que comenzó su aprendizaje musical tocando el piano, trasladó más tarde estos conocimientos a la guitarra y, como resultado asistimos a una exhibición magistral, visualizamos lo que pueden llegar a lograr las manos veloces de un genio: toca la guitarra con todos los dedos de ambas manos a la vez.
Comenzaron con una versión de Miles Davis, atacaron piezas de swing muy bailables, se sucedieron intensos diálogos entre los instrumentos. Solos de quitarra orquestales, piezas de música clásica...en fin, que no hubo ningún hueco para el aburrimiento.
El genio de Stanley Jordan y sus compañeros de grupo refrescaron y alucinaron a un público que no tuvo más opción que rendirse al aplauso y la ovación.
Stanley Jordan: la magia del 'tapping' en Jazz en la Costa
Stanley Jordan llegó al festival de Almuñecar con el tiempo justo para actuar por los desvíos aéreos debidos al ciclón que azota estos días la zona caribeña. En Jazz en la Costa se encontraría con el resto de los músicos y con el cartel de 'completo' desde hace días. Jordan es un músico poco escuchado en nuestra Comunidad pero uno de los artistas más asombrosos en concierto por sus peculiaridades. A Jazz en la Costa vino al frente de su trío completado por el bajista Zirque Bonner y el batería Eddie Baritini. Jazz en la Costa está organizado por el Àrea de Cultura de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Almuñécar, cumpliendo esta edición los dieciocho años de Festival.
No exageró el crítico Leonard Father cuando calificó a Stanley Jordan como "genio" ya que Jordan es único en lo suyo, y aunque hay otros muchos artistas del tapping (una técnica especial de tocar la guitarra que, en una descripción apresurada, la hace sonar como varios músicos a la vez) él ha sido el que la ha llevado más lejos, hasta la maestría, no sólo concertística sino también pedagógica, ya que parte de su tiempo lo dedica a enseñar sus habilidades a otros músicos.
En Almuñécar se pudo comprobar su eficacia con esta manera de tocar, como si fuera un piano, correteando por el mástil con los diez dedos, punteando y sonando como si estuviese continuamente acompañado, logrando unos efectos que parecen magia por el grado orquestal que consigue.
Su concierto en Jazz en la Costa dejó al público asombrado por las increíbles posibilidades de esa técnica. También por su capacidad de adaptación a todos los estilos musicales, porque salvo flamenco hubo de todo en su actuación. Así utilizó blues de Miles Davis y Telonius Monk, hizo algún amago de rock al lado de piezas clásicas de Bach y Mozart o interpretó una exquisita adaptación de la pieza andina 'El condor pasa'. En su actuación Stanley Jordan triunfó ante 1500 personas que quedaron rendidas por la capacidad musical de este artista que, como cuenta su leyenda, estuvo tocando en las calles de New York hasta que le descubrió la industria discográfica.
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