Texto y fotos: Juan Jesús García.
2000 personas en el Piorno Rock 2004
El festival de rock de Pinos Puente se celebró el pasado 27 de noviembre en el polideportivo de la localidad retomando la denominación de origen para la décima edición. El Piorno ha cumplido un decenio tras haber pasado por diversas fases entre las que hay que reseñar la de un concurso y la exitosa etapa internacional que terminó el año pasado con la mudanza del proyecto a la vecina Atarfe. Unas 2000 personas acudieron a esta edición en la que los grupos españoles volvieron a ocupar todo el cartel, discutida programación que llevó a última hora a los organizadores a sustituir al grupo S.A. por los madrileños A Palo Seko. Sin embargo los S.A. estuvieron más presentes que nunca, desde en la pancarta que presidía al entrada, a cientos de camisetas o en las continuas referencias de casi todos los grupos participantes, sobre todo de los sustitutos, mucho más aguerridos y lenguaraces que los sustituidos.
Un buen ambiente caracterizó el desarrollo del festival, seguido de muy cerca, desde la misma puerta, por los efectivos de la Guardia Civil en un número desproporcionado de dotaciones (cuatro estaban en el semáforo del pueblo) a la espera de algún tipo de altercado que no se produjo. Dentro aficionados al rock duro y el metal, vecinos variopintos del pueblo y hasta padres de familia con sus carritos, escuchaban el atronador rugido de los grupos programados: Gargamel, Porretas, Bethoven R. y Lujuria, que dieron paso llegada la noche a la parte alta del cartel.
Para entretenerse el preceptivo zoco artesanal ofrecía la posibilidad de adquirir toda la parafernalia heavy así como accesorios para 'fumador' y hasta banderas republicanas; esta temporada lo que más se lleva son las bandanas, que hasta el presidente italiano las usa en sus recepciones públicas. Otros best sellers de la noche fueron los gatos negros de Los Suaves y las camisetas de Soziedad Alkoholika. Presentaba el conocido periodista y fotógrafo Rafa Basa.
Dirigidos por una auténtico agitador desde la batería, A Palo Seko no dejaron títere con cabeza con especial dedicación al P.P. y a George Bush. Clamaron por la 'legalización' y realizaron una delirante versión 'kalimotxera' del 'Chiquitita' de ABBA enterrada bajo el infame sonido que caracteriza al polideportivo cubierto de Pinos.
Los Suaves son con Extremoduro y Fito los tres grupos con la personalidad más acusada de la escena rock hispana, quizás por ello les va tan bien. Los orensanos, uno de los pocos grupos de este país que han tocado con Los Ramones (hace mil años en el La Coruña) aunque se les note poco, ya que con el tiempo han ido abandonando el 'roll' y quedándose en rock tan sólo.
Son los responsables de varios hitos ibéricos: primero haber grabado uno de los más caliente discos en directo hecho por un grupo de aquí, 'Suave es la noche', y otro ser la única formación que ha publicado un triple en directo '¿Hay alguien ahí? Con una formación remozada que incluye al guitarrista Fernando Calvo, Yosi ejerció de predicador, su voz rota (rotísima), su dicción de rapsoda más que de cantante, su armónica de afilador, su exhibicionista barriguita y sus dos brazos abiertos de par en par estuvieron enmarcadas por los excesivos punteos del habitual Alberto Cereijo y de Calvo. Poeta de la decepción, creador de personajes inolvidables y de canciones que son himnos de la frustración, Yosi es el carismático líder del grupo y de legión de seguidores que casi cantan más (desde luego mejor) que él, y en los que se apoya continuamente consiguiendo unas cotas de comunicación imposibles en el rock español. Y aunque prescindieron de algunas de sus clásicas obligatorias, tan sólo por escuchar la versión que hacen de Goitisolo y sus 'Palabras para Julia', 'Llega el tren' o 'Si pudiera' valió la pena esperar hasta la madrugada.
Con el público ya diezmado, a las 2 y media de la madrugada y tras esperar casi una hora (venía de hacer doblete en Murcia), apareció José Luís Campuzano 'Sherpa', acompañado en este regreso a la música en directo por su compañero Hermes Calabria y por otro legendario músico madrileño como es Juanjo Melero (Sangre Azul). Con él la polémica está servida, y si tras el abandono de ambos del Barón se le llamó a su grupo el Barón 'Cojo' porque faltaban dos de sus patas, ambas están ahí de nuevo las dos, a los 54 años, para reclamar su parte.
Perfecto de voz y con un disco que presentar 'Guerrero del desierto', el público parecía más interesado en escuchar las clásicas del Barón en la voz que las patentó, aunque el tratamiento fuese más moderno que el de los hermanos de Castro. Casi a las cuatro de la mañana el Piorno cerró su décima edición, que si no ha sido la mejor, sí de las más largas.
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