Texto: Albert Alabau.


Miércoles 10 ::
Doctor Explosion / The Duke Spirit / Detroit Cobras

El festival itinerante repetía edición este año con su formato habitual: grupos consolidados, grupos emergentes y jóvenes promesas. Arrancaba el miércoles día 10 Doctor Explosión. Concierto para fans acérrimos. Los gijonenses, unos clásicos del panorama garagero español, venían a presentar un disco que recopila sus 15 años de carrera, "Totus Tuus", y demostraron que siguen en forma con un buen directo. Una actitud admirable, vestimenta muy particular, y conexión total con la media sala escasa que había, que se entregó totalmente a su música.

Les seguían The Duke Spirit, grupo capitaneado por una fémina de carácter, mitad PJ Harvey, mitad Chrissie Hynde, que coquetean con sonidos atmosféricos de la escuela de la Velvet Underground. Un concierto correcto, sin más, pero un grupo que apuntan muy buenas maneras y al que habrá que seguir de cerca.

Finalmente, era el turno de los Detroit Cobras. Los de la metrópoli del motor vinieron a hacer ruido. Y lo consiguieron. Sin virtuosismos, apoyados en su lado más rítmico y melódico, el empuje de la que algunos ven como la sucesora de una revitalizada Nancy Sinatra, Rachel Nagy, fue decisivo desde el primer momento. Eso es actitud rockera, de la que se vive, no de la que se representa. Vinieron a pasarlo bien. Y lo hicieron, contagiando también al público. La voz rubia abría una lata tras otra de cerveza, a dúo con la guitarrista, y la noche se iba encendiendo, como sus incansables cigarrillos, gracias a su más que resultón revival rockero. Entendemos ahora que acabara como acabó en Bilbao...

En fin, los allí presentes disfrutamos de 3 bandas que, aunque no han descubierto nada, sí ofrecen buena música, que al fin y al cabo es lo que cuenta.

Sábado 13 ::
Adam Green / Divine Comedy / Graham Coxon

La noche prometía. Demasiadas preguntas en el aire... ¿vendrá Neil Hannon solo o con orquestra? ¿Cómo sonará el nuevo disco de Graham Coxon en directo?... Y, cuando me quise dar cuenta, saltaba al ruedo un simpático bufón llamado Adam Green, sin esa sección de cuerda tan a lo Jane Scarpantoni que caracteriza su disco "Friends of mine", pero acompañado por una perfecta sección rítmica bajo / batería y un solo guitarrista. Sonaron los ya clásicos temazos como el coreado "Jessica" así como nuevas composiciones de lo que será su próximo álbum. El ex-Moldy Peaches no se complicó la vida, pero convenció a propios y a extraños con un breve show que sirvió de aperitivo para lo que iba a llegar. Y, lo que es mejor, nos dejó a todos con ganas de degustar ese nuevo trabajo.

Era el turno de Neil Hannon o, lo que es lo mismo, de Divine Comedy. Tras quedarse solo con su "Absent Friends", parece que el elegante gentleman de Londonderry está en su mejor momento de forma. Tras gustar y mucho en su reciente show en el Festival Primavera Sound, no decepcionó tampoco esta vez, cuando acompañado por una curiosa banda con acordeonista y banjo incluido, despellejó algunos de sus grandes temas de un modo salvaje, como por ejemplo la camaleónica Becoming more like Alfie, y nos hizo sangrar con la preciosa pero moribunda Our mutual friend. Todo ello, acompañado de un particular sentido del humor que supo conectar muy bien con el entusiasta público, que lo arropó incluso cuando paró un tema al romper una cuerda de su acústica, tropiezo que sobrellevó con insultante naturalidad y buen gusto. Y es que el que tiene clase, la tiene hasta cuando resbala.

Tras tal demostración de buen saber hacer, se ponía cuesta arriba la noche para el bueno pero confuso Graham Coxon. El ex de Blur venía a presentar "Happiness in magazines", un buen disco de pop que se aleja de la constante estela punk que venía dejando hasta el momento. Pero fue ver como tocaba canciones como Spectacular, totalmente punkarrizada, y empezar a disfrutar de un show con demasiados altibajos pero coherente para un fan del británico. Sin embargo, lejos ya de la doctrina bluriana, es ahora cuando más se acerca, incluso en sus registros vocales, a lo que hizo con Blur. Siempre pensé que él era la parte excéntrica del cuarteto de Colchester, pero tras este concierto sembró en mi la duda. Para muchos, fue un concierto más, incluso un mal concierto, visto que mucha gente abandonó la sala en medio de un bis. Para muchos otros, fue el goce de una buena dosis de punk domesticado, con la guinda del último tema, Jamie Thomas, el que abría su disco "The Golden D".

Tras 4 horas en pie y mucha música, me fui con una sonrisa de oreja a oreja a pesar de los pesares. Para mí, sin duda, la mejor noche.

Miércdoles 17 ::
Blackbud / Hope Of The States / Los Planetas

El tercero de los días de este festival, se abría con la más grata de las sorpresas para un servidor. Fue llegar y besar el santo. Ecos de lujuria reverberaban en mi pecho... estaba ante mí un ser que se atrevía a jugar a ser Jeff Buckley. Y, salvando todas las distancias, y habiendo pasado ya por las celebérrimas ecuaciones buckleyrianas británicas (léase Muse o Starsailor, para concretar los ejemplos), Blackbud tienen en su vocalista y guitarrista, Joe Taylor, al mejor candidato para emular al genio que se nos llevó al Mississipi. Lo dejo en el aire por si el bueno de Oliver Stone se decidiera a llevar al cine su vida, tal y como hizo con los Doors. No solo su preciosa voz y su capacidad de cambiar de registro vocal impresionan, sino tambien su dominio de la guitarra, ofreciendo auténticos destellos hendrixianos. Completan la banda Adam Newton al bajo y Sam Nadel a la batería, dos piezas de auténtico lujo. Una banda muy joven... capaces de comerse el mundo si quieren. Por calidad y buenas canciones no será.

Era el momento de la gran esperanza del post-lo-que sea-rock. Arrasaron Hope of the states con su fórmula de batidora. Desgranaron desde Mogwai a Coldplay, pasando por Muse, con crescendos demasiado previsibles y en ocasiones interminables. Pero no arrasaron por su calidad o por su autenticidad sonora, sino más bien por lo pasados de decibelios que iban. Lo mejor de su actuación fue las proyecciones que acompañaron a su directo, pero que en algún momento delataron incluso sus idas y venidas del tema por una falta de coordinación. No es que su concierto fuera malo, que no lo fue, pero uno no se explica como se les ha dado tanto bombo. Quizá porque llevan un violinista, ya se sabe que a eso la gente le vuelve loca... quizá por la pasta que hay detrás de ellos... porque, no nos engañemos, su montaje es caro, muy caro. Y su música, desgraciadamente, no está a la altura de tal despliegue.

Tras una larga espera, era el turno de Los Planetas. Aparecieron introducidos por una secuencia de zumbidos que, junto al humo, creó la atmósfera idónea para lo que fue un concierto progresivo y bien estructurado. De menor a mayor intensidad, deshojando su último disco "Los Planetas contra la ley de la gravedad" casi por completo y haciendo brotar viejas joyas por el camino, demostraron que siguen siendo la mejor banda indie del estado. Con una base rítmica brutal (sin duda alguna, Eric es uno de los mejores bateristas españoles del momento), el universo sonoro que crean Banin y Floren (ya sea a dúo con las guitarras o en ese acertado "pack" guitarra / teclados) y la voz y las letras de un magnífico J, se pueden permitir lo que quieran. Como olvidarse de muchos de sus grandes hits. Y, aún así, la gente enloquece cuando suenan piezas como "Santos que yo te pinté". Todo unos clásicos con muchos años por delante. Esperemos que sigan regalándonos buenos discos como el último, así como actuaciones como ésta.