Texto: María José Jerez

Con la dirección de Jeffrey Murdock, y gracias a la gestión de Promoconcert, pudimos disfrutar en el Palacio de Congresos de una auténtica noche de Gospel.

El Gospel es un canto de tipo espiritual que nació en tiempos de la esclavitud negra en la tierra que hoy conocemos como EEUU. Pero, aunque realmente las letras contenían en sus orígenes pasajes de los Evangelios, también ellos lo utilizaban como un tipo de "código" ó comunicación secreta para reunirse en algún lugar y tratar de escapar, por ejemplo, hacia el Norte.
Se consideran tres tipos de gospel: el largo sostenido, el sincopado y el de respuesta.

The Mississippi Gospel Choir pertenece a la organización AASO (Afro-ican Student Organization) de la Southern Mississippi University. Esta institución está integrada por miembros fuertemente motivados hacia la acción comunitaria, especialmente en todo lo que atañe a la interacción educativa entre universidad y sociedad. Su labor de extensión universitaria se orienta hacia las inquietudes como la conciencia cultural, las soluciones a problemas sociales, las técnicas de liderazgo, el sostenimiento de la actividad académica y la promoción de la armonía racial.
The Mississippi Gospel Choir de la AASO se ha convertido en una de las partes más visibles de la institución. Su permanente actividad de conciertos le ha permitido dar a conocer sus talentos artísticos así como difundir su ideario tanto en diversos estados de su país, en giras por el extranjero y a través de sus producciones discográficas.

Personalmente, era la primera vez que podía asistir a un verdadero gospel en vivo. Me vino a la memoria enseguida el tratado de Manuel de Falla del año 1922 sobre enharmonía y cromatismo. Para los que quieran entender qué tienen en común gospel y flamenco, recomiendo la lectura y entendimiento de dicho tratado, así como el disfrute de ambos tipo de espectáculo. Singular. Porque cuando el corazón es el que habla y lo hace a través de la música, descubrimos los orígenes del espíritu en que fuimos concebidos. Cuando uno es todo y todo es uno, sólo entonces sabemos quienes somos, por y para qué estamos aquí.