Texto: Juanma Cantos.
Foto: www.orquestas-top.net


Gratificante reencuentro con el grupo de rock más grande que ha dado Jaén. Una vez más, "Apache" volvía a congregar a cientos de paisanos de todas las edades en el recinto ferial de "La Vestida", con motivo de la fiesta del suplemento "El Lagarto", demostrando, como vienen haciendo habitualmente en cada una de sus apariciones ante el público, que la larga trayectoria del ahora sexteto sobre los escenarios, no hace más que otorgar entidad, sobriedad, virtuosismo y maestría a una propuesta musical basada en el rock orientado a adultos, consolidado con la magistral puesta en escena de personalísimas versiones de grandes grupos del rock de todos los tiempos.

Efectivamente, "Apache" se robustece en cada concierto, da muestras de una envidiable e inagotable fuerza para "salir por la puerta grande" en cada uno de sus aclamadas y festejadas actuaciones y demuestra, por si a algún despistado le cabía alguna duda, que son el grupo más importante del rock jiennense y que, gracias a su larga y exitosa trayectoria durante décadas sobre los escenarios, se han ganado, por derecho propio, un lugar en la historia de nuestra provincia.

Por ello, Diario JAEN quiso reconocer, momentos antes del comienzo de la actuación, la trayectoria de la banda, su carisma y, por qué no, también la simpatía de los músicos, haciéndoles entrega de una placa conmemorativa. 

Fieles, como siempre, a su pasión por los grandes grupos y por los grandes temas de pasadas décadas, "Apache" ofrecieron un repertorio cargado de ineludibles canciones, inolvidables clásicos adaptados con maestría y tocados con verdadera pasión y entrega, respetando el espíritu de los originales y dándoles una nueva vida en la puesta en escena de los jiennenses. Sorprendente mimetismo, más evidente si cabe, en la voz de uno de los mejores cantantes que ha dado la escena hispana, Luis Miguel Peláez, perfecto en cada uno de los registros vocales, amoldándose con comodidad y versatilidad a cada una de las canciones.

Si a esto unimos el virtuosismo con las seis cuerdas de Juan Carlos González, capaz de sacar riffs y punteos a la medida de los grandes guitarristas a los que prestaba su interpretación en las diferentes versiones, la presencia cara al público se vio ampliamente consolidada.