Texto:
Ana María Ruiz Luna
Fotos: Javier Rosa
La localidad levantina de Benicássim nuevamente se ha convertido durante tres días en la capital de la música independiente y alternativa gracias a la celebración de la novena edición del FIB Heineken y sus más de 150 conciertos. Un total de 30.000 personas han pasado cada día por la media docena de carpas y escenarios del recinto, una cifra similar a la del pasado año pero en un entorno ampliado hasta casi rozar los 2.000 metros cuadrados. Y es que el reclamo de grupos y cantantes como Placebo, Blur, Beck, Travis o Beth Gibbons no era para menos, bandas que han participado en un Fib Heineken 2003, preludio de la entrega del próximo año en la que el festival cumple su décimo aniversario, y donde se prevén muchas sorpresas, pero sobre todo música de calidad para disfrute de un público exigente y cada vez más variopinto.
Parecía bastante difícil superar la buena acogida que el grupo de Brian Molko, líder de Placebo, logró a su paso por la ciudad de la Costa Azahar en 2.000. No obstante, el cantante inglés, consiguió enganchar a un público ganado de antemano con un español bastante aceptable, en sus comentarios entre tema y tema, y con la interpretación de canciones sobradamente conocidas por el respetable. La mayoría de ellas procedían de los trabajos "Without you Im nothing" y "Black Market Music".
La banda también hizo un recorrido por su último disco, "Sleeping with ghosts" aunque el momento más intenso fue el vivido con el tema "Pure morning", en el que los incondicionales del "glam rock" de Molko no dejaron de sacudir los brazos al ritmo de esta melodía que hizo vibrar un Escenario Verde recién estrenado.
Mientras tanto, centenares de jóvenes festejaban la primera jornada del Festival, bailando al son de la música de Moloko, un grupo, el compuesto por Mark Brydon y Roisin Murphy, que nuevamente dejaron bien alto el listón que impusieron durante su visita al FIB de hace tres años y demostraron que la música de baile no está reñida con el buen gusto y la elegancia. Más que un concierto fue un gran show en el que los creadores de "Sing It Back" dieron un repaso a su discografía haciendo hincapié en los temas incluidos en su trabajo "Familiar Feeling".
Badly Drawn Boy, Alek Stark, 808 State o los veteranos Echo and the Bunnymen, fueron otras de las ofertas de la noche inaugural del FIB 2003, junto con un Damon Albarn que alternó cuidadosamente grandes éxitos con temas de su último disco para no defraudar a un público que no quedó demasiado satisfecho durante el anterior paso de Blur por el festival.
Pero el recital más impactante y emotivo de la velada veraniega estaba aún por llegar: Beth Gibbons & RustinMan. La voz desgarrada e intensa de la ex vocalista de Portishead dejó sin respiración a los miles de fibers que aguardaban expectantes este maravilloso concierto, el último de la jornada del 8 de agosto en el escenario verde. Con su inseparable cigarro y la cara semioculta por su melena rubia, la musa indie de los 90 y el bajista de Talk Talk (Paul Webb), lograron conmover a un público ávido de sensaciones intensas. Prueba de ello fue la calurosa acogida que recibió la cantante al finalizar el recital cuando, las personas que estaban más cerca del escenario la hicieron volar a pulso a través de la multitud. A Beth se la veía encantaba con esta cariñosa manifestación de afecto y no dudó después en satisfacer a sus fans firmando autógrafos.
Sin duda, un concierto que quedará escrito en la historia del FIB Heineken y en la memoria de muchos de los que tuvimos la oportunidad de disfrutar de esta prodigiosa voz en una noche mágica y preñada de las sensaciones más diversas. El pistoletazo de salida de tres días de música, playa y un sofocante calor que los 30.000 fibers y 6.000 periodistas acreditados de todo el mundo soportaron estoicamente tanto en las zonas de acampada como en el recinto, dos entornos bien diferentes que siempre presentaban un aspecto abarrotado, pero al mismo tiempo tranquilo.
Y llegó el ecuador del festival. El recinto del FIB 2003 abre sus puertas y comienza una nueva jornada alrededor de las cuatro de la tarde, con un sol de justicia mitigado por la ilusión y la energía que el grupo Lou Anne puso al pisar el escenario Motorola. Los murcianos intentaron dejar claro que su triunfo indiscutible en la tercera edición del Proyecto DEMO, concurso para nuevos creadores musicales promovido por Radio 3, MTV España y FIB, estaba más que justificado. Pero sólo eran la punta del iceber de un sábado cargado de alternativas musicales como poco, interesantes. Tras Lou Anne le tocó el turno a otras bandas como Jet Lag o The Thrills, para dar paso al pop afrancesado de Camera Obscura y Tahiti 80. Juniper Moon, Cecila Ann o Donovan, este ultimo quizás demasiado clásico para un evento de estas características, fueron el anticipo de los platos fuertes de la noche del 9 de agosto, con Travis y Beck como cabezas de cartel.
Esperada fue la aparición en el Escenario Verde del grupo británico, tras un año bastante duro debido al grave accidente sufrido por su batería. No obstante, Travis regresa al panorama musical con mucha fuerza y con el que dicen es hasta ahora su mejor trabajo, "12 memories" que saldrá a la luz a mediados de octubre y que la banda de Glasgow presento en uno de los eventos musicales mas importantes de Europa. Los británicos arrancaron el concierto con uno de sus mayores éxitos, "Sing", esforzándose durante todo el recital por quitarse el sambenito de grupo blando y mostrando su lado más reivindicativo y político, a través de unas letras más comprometidas y antibelicistas. Dieron muchos gritos y rasgaron las guitarras con energía y pasión. Sin embargo, la mayoría de sus melodías son amables pero, al menos lograron una mayor aceptación que la frialdad con la que les acogió el publico que hace cuatro años visitó el FIB. Travis ofreció una rueda de prensa en la que su cantante mostró su mejor sentido del humor y manifestó su satisfacción con este nuevo trabajo, que ha sido producido íntegramente por la banda, a diferencia de los dos discos anteriores. En cuanto a su anterior visita al festival, el solista del grupo expresó que "Travis está atravesando su mejor momento y Benicàssim es el mejor lugar para demostrarlo", sobre todo con su "batería recuperado y con un nuevo disco", para una velada que el vocalista prometió iba a ser muy rockera.
Otra de las estrellas de la noche fue el polémico e inclasificable cantante estadounidense Beck, que aprovecho el Escenario Verde para presentar algunos temas de su nuevo disco "Sea change". El artista no defraudó al público con su indiscutible creatividad musical que va desde el rock experimental a la psicodelia, pasando por el hip-hop, el punk o el pop. Beck interpretó el gran éxito "Loser" para abrir boca al personal, en un concierto con multitud de altibajos, sobre todo en aquellos momentos en los que optó por temas cercanos al country. No obstante, el artista no quiso que su primera y esperada visita al FIB Heineken pasara desapercibida y como colofón, finalizó el concierto con un eléctrico "Devils Haircut" y con toda su banda vestida de blanco resplandeciente, en una especie de homenaje a Kubrick y a su "Naranja Mecanica". El californiano de rizos rubios y rostro de niño bueno se tendió en el suelo del escenario verde susurrando su propia muerte, mientras jugueteaba con una caja de ritmos. No hubo bis ni despedida, pero quizás los genios pueden permitirse este tipo de licencias.
Donovan llenó la carpa del FIB Club acompañado por su hija con la revisión de los principales temas del artista en clave electrónica, mientras que Groove Armada y Death in Vegas hicieron lo propio con una electrónica bailable y The Jeevas con melodías muy influenciadas por el country-rock de Neil Young y Tom Petty.
Domingo, 10 de agosto. El FIB Heineken 2003 inicia su recta final. Miles de fibers se encaminan hacia el recinto musical de Benicàssim para vivir y disfrutar, hasta que el cuerpo aguante, de la ultima jornada de este multitudinario evento. El Escenario Verde abre sus puertas con Hoggboy y los mallorquines Sexy Sadie. En la carpa Motorola la jornada musical comienza de la mano de Rramigliete Blonda y John Maynard, con un calor sofocante que parece no importar lo más mínimo a los primeros fibers que se acercan hasta el recinto. Se trata de una de las noches más esperadas. Hoy actúan dos grandes monstruos: Suede y Moby.
Los británicos visitaron el FIB por cuarta vez, demostrando estar en plena forma y deleitando a sus incondicionales con algunos de sus grandes éxitos como "So Young", "Filmstar" o "Trash", entre otros y también anticipando dos temas del que será su sexto álbum en estudio.
En cuanto al descendiente del autor de la celebre novela "Moby Dick", Richard Melville, ofreció un concierto memorable en el que no faltó un interesante repaso por sus temas más conocidos, tras el éxito mundial logrado con "Play" y "18", que popularizaron las melodías electrónicas como sintonías televisivas y spots publicitarios. Los miles de asistentes a este increíble concierto, donde música y efectos visuales conformaron un impactante espectáculo, disfrutaron bailando y cantando con este genio del sonido, que apareció en el Escenario Verde acompañado por una cantante de gospel a quien no dejó de piropear durante todo el pase y dos violinistas. La complicidad con el público se dio desde el principio, en gran parte por las numerosas veces en las que el artista se dirigió al respetable para animarlo e increparlo para prolongar la fiesta.
Durante la rueda de prensa que ofreció antes del concierto, que por cierto era el último de la gira, Moby dejó bien claro que eventos como el FIB son el foro más adecuado para que los artistas "se involucren en temas políticos y sociales". En este mismo marco, afirmó que no descarta el que vuelva a sacar al mercado un disco punk o de rock, aunque insistió en ser un enamorado de la música en general y de todos los estilos y variantes existentes. No obstante, expresó que ahora es el momento de "pararme a pensar qué es lo que quiero hacer".
Otras de las joyas de la noche estuvo en el grupo mm, que ofreció un recital inolvidable haciendo un fastástico alarde de lo mejor del post-rock islandés, precedido por otra de las bandas mimadas por los organizadores del FIB, Ms. John Soda, todo ello en el Fib Club.
Goldfrapp fue el grupo encargado de clausurar el Escenario Verde, en un recital que no dejó demasiado buen sabor de boca a los asistentes, un hecho justificado por el giro radical que la solista ha dado hacia la electrónica hortera de los 80 en su último trabajo. No obstante, la novena edición del FIB Heineken sin duda ha aprobado, y con nota. De hecho, muchos jóvenes ya esperan ansiosos la celebración del décimo aniversario del festival que seguro se convertirá en una de las citas musicales más importantes del próximo año. De la edición de 2003, merece la pena destacar su contenido solidario, ejemplificado en los 8.000 euros y 5.000 firmas recogidas para la campaña "Comercio con Justicia" de la ONG Intermon Oxfam durante las tres jornadas del festival. El líder del grupo Coldplay, Chris Martin, será el encargado de entregar dichas firmas en la Cumbre Ministerial de la OMC en Cancún, que se celebrará durante el próximo mes de septiembre. En cuanto al fondo recaudado, entre un partido de fútbol que enfrentó a músicos y periodistas y las ventas del stand que la ONG instaló en el recinto, se destinarán a proyectos de cooperación y desarrollo.
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