Perú
Negro
Texto: Paco Salas.
Fotos: José Rojas.
La que fuera
niña prodigio en su Perú natal, Tania
Libertad, lleva más de veinte años encalomada en
México desarrollando su carrera artística. Pocas cosas se pueden decir a estas alturas de esta cantante prodigiosa que ha grabado 32 discos y ha vendido
más de dos millones de copias, pero siempre hay algo nuevo por descubrir.
En la rueda de prensa que ofreció en el Hotel Nieve-Sol, previa a la
actuación en Lanuza, nos comentó que en un viaje de Paco de
Lucía y su grupo por Latinoamérica tuvieron un encuentro donde ella le
pasó un cassette didáctico a un Rubén Dantas
recién incorporado al sexteto de Paco, sobre la forma de tocar el
cajón peruano, que los flamencos incorporaron desde entonces a sus instrumentos tradicionales. O sea, que el
cajón es de origen peruano y no de otros lares.
También nos comentó que la industria
discográfica en Perú estaba hecha trizas por la
piratería, como estará en un tiempo en la
mayoría de los sitios, si los popes de la industria
discográfica no reaccionan democráticamente, es decir rebajando considerablemente los precios de sus productos.
A Lanuza llegó con su habitual audacia, osadía y ternura para desgranamos temas de su dilatada carrera
artística, acompañada de un grupo hecho a su medida, para lucimiento de ella y de sus
músicos. En un momento dado, dos de los percusionistas se marcaron unos pasos de
baile, mitad claqué mitad flamenco, con sus piques habituales que encendieron al
público asistente. A partir de ahí, la cosa fue in crescendo hasta el final de forma sencilla
y prevista. Esta mujer reconocida por la UNESCO con el
título de cantante por la paz fue pionera en la
actualización y rescate de géneros musicales como la rumba y el bolero, que ahora han pasado a formar parte de la cultura popular de muchos
países latinoamericanos. Con su voz privilegiada y su singular estilo, Tania Libertad
demostró una vez más que es una cantante sin fronteras, como hizo en la
grabación de Costa Negra junto a Cesaria Evora, introduciendo en las canciones sus
raíces peruanas junto a la música africana. Un gran concierto de una gran cantante.
Cada uno tiene sus debilidades en la vida y en el terreno musical, para
mí Susana Baca es una de ellas. Desde que
escuché hace unos años una canción titulada Poema,
entregué la cuchara y el cucharón con esta mujer.
Su repertorio va desde la canción negra tradicional de la Costa peruana, hasta la
musicalización e interpretación de poesía de autores peruanos y latinoamericanos, pasando por la
recreación en la música de la raíz negra de
Perú, Latinoamérica y el Caribe.
Esta intérprete, compositora e investigadora, es una artista de reconocimiento nacional e
internacional, con mas de 500 conciertos a sus espaldas, 20 giras
internacionales y 150 temas de repertorio. Toda una vaca sagrada de la
música del continente latinoamericano, que lleva
años regalando por todo el mundo su arte y sus buenas maneras.
Aquí en Pirineos Sur, en el Auditorio de Lanuza,
destapó el tarro de sus esencias musicales y nos
dejó boquiabiertos en una noche mágica y fresquita, como es marca de la casa.
Sólo su puesta en escena, sencilla y sensual, te atrapa desde el principio y no te deja hasta el
final. Una retahíla de temas intimistas interpretados con
maestría iban abriendo nuestras cabezas y nuestros corazones, que en un sitio como el Auditorio de Lanuza se abren
rápido e intensamente. Temas del Perú negro, del Caribe, letras de grandes autores, mensajes
minimalistas pero intensos y muchas cosas
más, fue lo que desgranó esta artistaza con
mayúsculas durante más de dos horas, que en su momento se
arriesgó a salir de los valses peruanos por machistas, en esa tierra de machos.
En la rueda de prensa previa a la actuación nos
habló del Perú negro, de los primeros asentamientos de esclavos en Santa
Bárbara, donde han creado un espacio para los
jóvenes artistas, de sus trabajos con el Instituto Negro de Lima y de muchas cosas
más. Hasta de cuando la contrató Chabuca Grande para ordenar sus papeles y unos momentos antes de morir les dijo al
oído a ella y a su compañero Ricardo: "No me olviden,
cántenme". Nosotros jamás olvidaremos este concierto de Susana Baca por muchas
cosas, entre otras por haber asistido a un gran
espectáculo en un paraje espectacular y
mágico, que hace que los artistas se estiren al
máximo y alcancen cotas interpretativas fuera de
lo común.
65
años de envidiable juventud
Texto: Prensa Pirineos Sur.
Fotos: José Rojas.
Tania Libertad y Susana Baca han ofrecido, respectivamente, una de las mejores veladas de todo el Festival. Unas 800 personas tuvieron el privilegio de asistir a una demostración de arte y generosidad por parte de las dos mayores embajadoras de los ritmos afroperuanos.
TANIA LIBERTAD, acompañada de 6 soberbios músicos, atacó temas de su por el momento último trabajo, "Costa negra". Comenzó por una gran prueba de fuego, como fue "Canciones y momentos", cantada en solitario. Le siguió "Ritmo de negros" para calentar los motores de la banda y el público, para continuar con una colección de sentidas canciones de amor y desamor. "La mulata", "Historia de un amor", el bolero "Júrame", o "Voy a apagar la luz", que fueron una muestra de saber hacer.
La verdadera reina de la noche tensina fue, sin embargo, SUSANA BACA. Una cantante curtida en el campo del sentimiento, que se entrega en directo y sabe darse a su público y a sus músicos. Un concierto en que destacaron temas como "Negra presuntuosa", "Merci Bondie" (De Harry Belafonte, cantado en lengua criolla), el descomunal "Panalivió" (que el público coreó divertido) y "Valentín", que sirvió de soporte para el virtuosismo de la banda.
Los músicos, dirigidos por el excelente contrabajista David Pintos, son cada uno maestro en su instrumento. El percusionista de cajón peruano (antecedente del cajón flamenco) Juan Medrano Cotito; el simpar multi-percusionista y maestro de maestros Hugo Bravo, y el guitarrista Sergio Valdeos. Una formación que comunicaba su energía y su gozo a quienes tuvieron el inmenso honor de presenciar su show.
Pero era la señora Baca -65 años de envidiable juventud- quien imprimió carácter a la noche. Una mujer habitada por un duende inexplicable que comunicaba bienestar y goce estético a su alrededor. Suple Susana una cierta limitación vocal con profesión y, sobre todo, con su entrega: la entrega de un don que el tesón, el trabajo y la generosidad han ido forjando a lo largo de una intensa carrera.
Toda una estrella. De lo mejorcito del Festival, sin ninguna duda.
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