Texto y fotos: Juan Jesús García.


Jazz en la Costa se vistió de largo para recibir a la Big Band

La Big Band de Granada, la más longeva y estable de Andalucía presentó en la noche del 16 de julio su primer disco en el festival Jazz en la Costa de Almuñécar. 'Mamá me gusta el bebop" es una producción de la oficina de festivales de jazz, entidad que además de programar los dos festivales de jazz de Granada está realizando numerosas actividades en este sector, como la edición de discos, libros, exposiciones, realización de cursos y una campaña de iniciación al jazz con conciertos en 30 pueblos de la provincia de Granada. 

La orquesta granadina está teniendo unos meses muy agitados últimamente: a la grabación del disco se sumó la intervención como Big band soporte de una concierto mayoritario con Miguel Ríos, y la semana pasada sin ir más lejos actuaban también en el minifestival Jazz en el Lago. Tanta actividad se ha dejado notar en los resultados de esta formación que suena impecablemente y con la vistosidad y el empaque de las grandes formaciones de este tipo. 

'Mamá cómo me gusta el bebop' es "como una salida del armario hablando musicalmente. Es un homenaje a ese estilo del jazz que tanto nos gusta: el Be Bop" aseguran los miembros de la orquesta, que en la noche del 16 de julio se internaron en temas propios ajenos de acusada complejidad saliendo muy airosos de la apuesta. Piezas como la titular, 'Solletico' o el 'Blues de la Concordia' (dedicado irónicamente "a los grandes hombres de paz como Ghandi o Collin Powell") son muestras del compositivo e interpretativo de esta orquesta, llegando incluso a componer e interpretar en castellano, como ocurre con los temas 'Si tu no estás aquí' o 'Sueño en fa' puestas en la hermosa voz de Celia Mur, principal cantante del grupo: "Creemos que queda muy bonito, aunque no estamos acostumbrados a ello. Pensamos que es una forma de acercar el Jazz a los oídos de los españoles" aseguran. 

Dentro de los ámbitos jazzísticos es casi un lugar común afirmar que una Big Band es la máxima expresión sonora de esta música. Que tocar en una orquesta de este tipo es una experiencia inigualable por la potencia que te envuelve. Que no hay nada igual. Pero -ay!- el tiempo de apogeo de las Big Bands pasó hace décadas, las complejidades de mantenimiento de unas formaciones tan amplias, sus dificultades de movimientos y el alto precio derivado de sus dimensiones acabó con ellas. Por eso, que Granada cuente con una gran banda es un lujo que sólo puede explicarse por el cariño a la música de todos sus componentes, que en muchos casos invierten su tiempo en mantenerla viva a costa de sacrificios personales. Y si suena como la que se presentó anoche, la Big Band de Granada se convierte en una joya de la música andaluza.