Texto
y fotos: Juan Jesús García.
Wilko Johnson. Esperando a Roxette desesperadamente
Los años pasan para todos, incluidos los viejos campeones del mundo de salto de altura con Fender. Hasta el espídico guitarrista de los Feelgood, antaño electrocutante personaje de expresión frenopática tiene ahora una mirada dulce y bonachona. Convertido en el abuelo calambre Wilko y su fiel Norman Watt-Roy volvieron de nuevo por Granada diez y pico años después de su última visita: con más pelo (todos) en la Sala Escena de la Zubia.
Aunque ya no esté el cuerpo para filigranas aéreas, el entrañable Wilko se sigue ajustando a la presencia que de él se espera, sus pasos autómatas, su mirada batracia o sus ametrallamientos que son tan suyos como el negro riguroso, los botines, la telecaster o esa forma tan peculiar de tocar cuyo secreto reveló en una ocasión: "soy zurdo y toco a derechas"; consiguiendo sonar casi como dos guitarristas simultáneos e ir soltando sus crujientes riffs característicos mientras a la vez trabaja la rítmica. De los clásicos Solid Senders faltó Salvatore Ramundo, que con
Norman (ex-Blockheads de Ian Dury) llevaban casi un par de décadas juntos, algo que se le nota en su nanométrica compenetración al bajista, esforzado ejemplar con unos gigantescos dedos que abarcaban medio mástil y bombeaba graves con aspecto de tenerlos que parir dolorosamente cada concierto, un tipo que, hablando de tríos, estaba a años luz del funcionarial hacer del que hace unas semanas acompañó a Rosendo en el Espárrago (por seguir con las coincidencias: el carabanchelero teloneó a Wilko Johnson cuando Los Feelgood actuaron por primera vez en España en 1975 ante 4000 personas en el Pabellón de Real Madrid)
Desde siempre Johnson se ha aplicado a una versión maciza del r&blues, con mucho más de lo primero que de lo segundo ya que el trío pasa buena parte del concierto ejerciendo de sección de ritmo a tres en fondo, rodillo simple y obsesivo, traqueteo ferroviario, raca-raca cubista que modela a golpes piezas estándar de sus repertorios como el 'Barbed Wire Blues' o las estimulantes recetas maestras del doctor Sientetebien, obligatorias píldoras de 'She does right' o 'Back in the night' para el niño y la niña. La prescripción actual no incluye ninguna dosis de 'Roxette', tabletas cuadradas de agitada acción inmediata que algunos adictos echaron de menos con la lengua dispuesta en posición casi de comunión, como el guitarrista de Mezcal Quini Almendros, que llevaba "trece años esperando oírsela y...no la ha tocado" o José Ignacio Lapido que calificó el concierto de este personaje de Canvey Island como "el del año".
Tres bises después de despedirse, a todo rock and roll como ya no se terminan los conciertos (por Chuck Berry: 'Bye-Bye Johnny' y 'Route 66') Johnson dio por terminado este reencuentro con un barrido de metralla y un agradecimiento sonriente. sonriente? Lo dicho: cómo cambian los tiempos Venancio!.
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