Texto: Paco Salas.
Fotos: Sitoh Ortega.
Para los que no pudimos ver en su momento a Weather Repport en sus distintas formaciones, no nos ha quedado
más remedio que ir dando bandazos buscando a sus componentes por separado. Este que suscribe,
tenía dos faltas clamorosas; una ya sin remedio, la de Jaco Pastorius y otra que me la puso a huevo este
mítico festival granadino en su XXIII edición, la del gran Joe Zawinul.
Así que, como niño con zapatos nuevos, me
acerqué al teatro Isabel la Católica para ver al sindicato que desde los 90 tiene montado este austriaco universal.
Si tuviera algún componente de Oceanía, estarían todos los continentes representados en la
formación actual, pero qué más da si estamos hablando de un arte que cada
día más se mea en las fronteras, demostrando
así que éstas no son más que un reducto formal para estrechos y sordos de cualquier nacionalidad.
Pues bien, con esos mimbres se presentó Joe Zawinul en Granada, rodeado de una gran
expectación y con el teatro a reventar, para dejarnos los sones de su
último trabajo discográfico y otras cosas de su cosecha permanentemente
fértil, y que no necesita subvenciones de la CEE para salir adelante.
Como nos temíamos la mayoría, los 70 años de este gran músico no hacen más que agrandar su universo y de camino el nuestro, que
está muy falto a veces de consistencia y otras sobrado de
búsquedas a ninguna parte. O sea, que nos encontramos realmente con lo que
queríamos oír, una música sin fronteras cargada de lirismo y vanguardia, que es lo que lleva haciendo toda su vida el maestro Zawinul.
Y como buen maestro, lleva consigo un sindicato musical consistente, sin fisuras, y dispuesto a no dejar mal al progenitor en
ningún momento, sino todo lo contrario. Y les aseguro que lo consiguieron con creces.
Desde el primer tema hasta el último nos dejaron boquiabiertos con su mezcla sabia de sonidos
jazzeros, africanos, bonaerenses, newyorquinos,
andaluces, orientales, vieneses, gospellianos y lo
que se ponga por delante, pues si algo tiene este grupo es
que no se pone límites, ni puñetera falta que les hace. Son descarados y virtuosos, la
mayoría de ellos multiinstrumentistas excepcionales que te van envolviendo en la
atmósfera Zawinul paulatinamente, hasta que ya no tiene remedio la
cosa, y entonces viene el disfrute auténtico. Claro que todo esto es posible, porque Joe
Zawinul les transmite un buen rollo y una libertad para que se
explayen digna de merito, y que otros grandes no practican con frecuencia, con lo que se empequeñecen.
El mítico Manuel Badrena (compañero de viaje de Zawinul en multitud de ocasiones)
está al cargo de la percusión y ocupa un lugar discreto en esta
formación, que explota realmente con la batería de Paco
Sery (que nos dejó unos solos de calimba y voz, para completar su
actuación), con el bajo eléctrico y voz de Etienne Mbappe
(con guantes negros, casi toda la noche), con la guitarra
eléctrica y la voz del hindú Amit Chatterjee
(atentos al parche con este musicazo jovencísimo, que
dará mucho que hablar), y con la voz de la diva Sabine Kabongo, turbadora,
vacilona y sobrada de recursos vocales. Si a esta tropa le sumamos la
dirección e interpretación de Zawinul, esto ya es la hostia en verso. Durante dos horas seguidas rozamos el cielo, que en este caso es una araña luminosa del techo del teatro, y nos dimos el gustazo de ver y disfrutar a uno de nuestros
ídolos de siempre, que desde que en el 59 llegara a EEUU hasta nuestros
días, no ha hecho más que regalarnos música atrevida, de calidad y llena de matices innovadores. Yo, si llego a los 70 años
(que dudo mucho), quiero ser como Joe Zawinul, un viejo muy joven y con la cabeza caliente y dispuesta a abrir fronteras y corazones con su arte.
Y por supuesto, si me tengo que sindicar, lo
haré en el Zawinul Syndicate.
Joe
Zawinul asombró tras su paso por el festival de jazz de Granada.
Texto: Oficina de Prensa del Festival
La música africana se convierte en su interés prioritario.
El músico vienés Joe Zawinul era uno de los nombres más esperdos de la presente edición del festival de jazz de Granada. Su historia es larga, su leyenda se estira más y tan solo iba a dar tres conciertos en España siendo la primera vez que pisaba Andalucía. Las entradas llevaban agotadas una semana.
Nacido en 1932, el teclista Zawinul cuenta con el privilegio de haberse relacionado de una u otra forma con las leyendas del jazz contemporáneo. Tras sus estudios musicales en Europa, marcha a EE.UU. con 27 años, donde no tarda en entrar a formar parte de la banda de Maynard Ferguson, luego con Dinah Washington y posteriormente con Cannonball Aderley y Miles Davis, background más que suficiente para hablar de él como uno de los personajes más influyentes en la música del siglo pasado.
El hombre que diseñó uno de los sonidos más impactantes de los ochenta, noventa, y dosmiles (acaba de salir un nuevo disco de época fechado en una grabacióin de Japón, y se ha remasterizado toda su obra), el del grupo Weather Report, imitado hasta la saciedad, reutilizado en samplers y completamente familiar por su utilización en publicidad y sintonías televisivas o radiofónicas, partió en su concierto de una de las mil ramas sonoras por las que trepó aquel grupos: el mercado negro. Zawinul Syndicate es un grupo de música africana de última generación y altísimo nivel técnico.
Rodeado de músicos de cualquier parte del mundo, el Sydicate de Zawinul es una pequeña ONU ambulante con miembros de cinco naciones y cuatro continentes distintos. Todos ellos embarcados en la recreación de una música inspirada en los ritmos centroafricanos y mediterráneos pasados por una instrumentación de última generación. Y si alto es el nivel de modernización instrumental de este grupo, de su cualificación individual no se puede decir nada más que todos y cada uno de sus integrantes son un apabullante prodigio, y por destacar tan a uno si es posible hay que señalar al joven batería Paco Sery, una maquina de ritmos fortísima, infalible y capaz de acceder a unos tiempos velocísimo.
En Granada sonó casi todo su disco 'Faces Places' con la fidelidad que permite la electrónica y semejante cuadro de músicos. Un volumen altísimo ayudó a que el público se sintiera oprimido a sus butacas y por momentos casi contra la pared ante el impresionante despliegue de sonidos naturales o de síntesis que desplegaba este grupo de maestros. Gustando más o menos de su sonido, en ocasiones calificado de comercial por su facilidad melódica, frente a ellos no hay objeción posible: apabullantes.
El próximo verano Joe Zawinul será homenajeado en la edición 2003 del Etnosur. Este fin de semana actúan en el festival de Jazz de Granada Missing Stompers, hoy sábado a las 19h en el teatro Isabel; Nardy Castellini con Tata Güines en el Hospital Real , mañana domingo a las 12 h del mediodía, y por la tarde en el Teatro Isabel se presentará el gran trompetista Tom Harrel.
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