El nuevo jazz en el festival de Granada

Si el día inaugural se pudieron escuchar canciones con medio siglo de antigüedad, el festival de jazz de Granada ha pasado del pasado al futuro en tan sólo 24 horas. El responsable fue el pianista francoamericano Jacky Terrasson. Un potente músico hiperdotado que utiliza su portentosa técnica para explorar el lado más poético y romántico de su instrumento. 

Nacido en Francia aunque descubierto para el jazz en los Estados Unidos, Terrasson está considerado como uno de los mejores pianistas continentales. Cercano al mundo musical de Miles Davis, la conjunción entre el virtuosismo del teclista con la convivencia durante casi diez años de su trío hacen que sus actuaciones sean un prodigio de compenetración musical de la que se ha escrito que es un "diálogo" más que un concierto. 

Terrasson, admirablemente apoyado por el trío formado por Leon Parker y Steve Kirby, hizo una curiosa revisión de la música popular y tradicional francesa. En Granada interpretó desde el "Bolero" de Ravel a la banda sonora de la película Juegos Prohibidos, una vieja cinta en blanco y negro de plena actualidad por el alegato antibelicista que contiene. En su recorrido imaginario por la Francia cantada también se pudieron escuchar viejas canciones que fueron éxito en las voces de Becaud, Lemarques, Aznavour o Barbará, las que ha incluido en su último disco y que como Plaisir Damour, A París o Chemins de Lamour se pudieron disfrutar en las refinadas elaboraciones con que modela la imaginación este pianista. 

El festival de Granada sumó otro lleno más a su cartelera y este fin de semana termina la primera de sus cuatro entregas con la actuación el domingo del músico más difundido de la historia del jazz , el armonicista belga Toots Thielemans, y lo es porque música suya se ha podido escuchar en todas las casas del planeta al ser el autor de la sintonía de Barrio Sésamo. A sus 79 años, Thielemans continúa siendo la mejor armónica que hay en el jazz y goza de una envidiable forma física.