Texto: Juanma Cantos
Fotos: Javier Rosa.
"Cuando escuché música del sur de España sentí que me era muy familiar"
- Chick Corea.
El Chubby Cheek recibió, en la tercera etapa del Festival de Jazz de Jaén, la visita de dos amigos. Los gaditanos Jesús Lavilla (pianista) y Tito Alcedo (guitarrista), -dos músicos muy habituales y muy queridos por estas tierras-, acompañados por el contrabajista Pablo Martín y por el baterista José Mena, volvían a Jaén tras haber compartido escenarios y vivencias con gente de la talla -profesional y humana- de Javier Ruibal.
Cualquiera que conozca la trayectoria de los dos líderes del cuarteto, podía intuir que el programa de la noche iba a estar repleto de jazz con influencias musicales andaluzas, y así fue. Pero no sólo pudimos ver jazz pasado por el tamiz de Cádiz; también el pop de los Beatles se asomó al escenario del Chubby.
El concierto arrancó con "Levantito", una composición de Tito Alcedo en la que el guitarrista autodidacta pone de relieve las múltiples influencias que han hecho de su música un completo muestrario de lo mejor de varios estilos. Flamenco -por supuesto-, jazz de aires latinos e, incluso, por qué no decirlo, parte de las influencias rock que marcaron el comienzo de su carrera, estuvieron reflejadas en esta pieza. Como muestra, la fuerza de los solos del sintetizador de Jesús Lavilla, del cual emanaban sonidos en ocasiones cercanos al rock progresivo.
La sobriedad del joven contrabajista vasco Pablo Martín en la ejecución y la poderosa y expresiva forma de tocar la batería de José Mena, sirvieron como toma de contacto y prototipo de lo que se pudo ver a lo largo de toda la noche.
El suave piano que da inicio a "Días De Vino Y Rosas", uno de los temas más notorios de Lavilla, con la muy bella aportación de Tito Alcedo en una romántica guitarra, la suavidad en el picado de las cuerdas del contrabajo y el aderezo de los ritmos de batería propios de la música latina, fueron de lo mejor de todo el concierto.
El standard "On Green Dolphin Street", de William "Red" Garland, sirvió para el lucimiento de José Mena. La ecualización del bombo, muy grave y con mucha pegada, unida al preciso y -a la vez- enérgico frote de las escobillas contra la caja, asemejaba la presencia de un cajón rumbero. El potente golpeo de los platos, unido al firme acompañamiento de Pablo Martín, quien constantemente apoyaba sus solos con incesantes movimientos de cuello, hicieron de esta versión uno de los momentos más intensos de la noche.
Finalizaron el primer pase del concierto con un recuerdo a Juan Tizol, coautor, junto al gran Duke Ellington, de uno de los más grandes pasajes del jazz, "Caravan". Los arriesgados solos de sintetizador de Jesús Lavilla y los incesantes y súbitos golpes de José Mena, envueltos en la maestría de Tito Alcedo, crearon una atmósfera en la que el swing y la emoción latina compartían protagonismo.
En el segundo pase, el cuarteto sorprendió con una melancólica e intimista versión de "El Toro y La Luna". La cadenciosa guitarra de Tito se contraponía al crudo sonido de teclado que encontraba su razón de ser en una potente batería.
Y mayor fue la sorpresa cuando el cuarteto se arrancó con los primeros compases del "Yesterday" de Paul McCartney, en una etapa del concierto, alejada de la ortodoxia del jazz, que fue completada con "Bajo Un Cielo del Atardecer". Un susurrante Pablo Martín tarareaba las estrofas compuestas por Sir Paul.
El cuarteto se despidió, seguro que hasta muy pronto, con la versión del clasiquísimo "When The Saints Go Marchin' In".
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